Ignacio Ambriz es dueño de una destacada trayectoria, tanto en sus tiempos como futbolista como en su actual rol de entrenador que lo encuentra próximo a disputar con León la final del Torneo Guard1anes 2020 ante Pumas, para intentar sumar un nuevo título a las vitrinas del equipo de Guanajuato y a su palmarés personal.

Como futbolista inició su carrera en Necaxa, club en el que vivió tres ciclos diferentes y en el que también decidió anunciar su retiro. Los Rayos forman parte de las grandes gestas deportivas en su carrera, pues allí logró coronarse dos veces campeón de liga, una vez campeón de Copa de México y también en el plano internacional conquistando la Recopa de Concacaf. Regresaría también como entrenador, para levantar la Copa MX de 2018.

Pero además, sus buenos rendimientos en el club que probablemente más lo identifique le abrieron también las puertas de la Selección de México, con la que disputó 64 partidos y tuvo la oportunidad de participar de una Copa del Mundo, en los Estados Unidos en 1994, accediendo a octavos de final. Tanto en Necaxa como en Selección ya fue forjando ese perfil de líder dentro del campo y del vestuario, que sin embargo no le impidió nunca mantener un bajo perfil que lo diferenciaba de otras grandes figuras mexicanas de la época como Hugo Sánchez, Jorge Campos o Alberto García Aspe.

Con El Tri, el ahora entrenador de León se coronó campeón de la Copa Oro en 1993 y disputó ante Argentina la final de la Copa América de ese mismo año, siendo subcampeón. Además, obtuvo el tercer lugar en la Copa de las Confederaciones de 1995 y accedió a cuartos de final en una nueva edición de la Copa América, que se disputó en Uruguay.

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En 2002, un año después de haberse retirado como futbolista, tuvo la oportunidad de volver a ser parte de un Mundial cuando Javier Aguirre lo llamó como ayudante para Corea y Japón. También de la mano de El Vasco hizo experiencia en el viejo continente, más precisamente en España, acompañándolo en sus pasos como entrenador de Osasuna y Atlético Madrid.

No le fue fácil, sin embargo, largarse como cabeza de cuerpo técnico y dio algunos pasos en falso con Puebla, San Luis y especialmente con Chivas de Guadalajara, donde apenas duró algunos meses y renunció tras recibir una goleada de parte de Liga de Quito en Copa Libertadores, cuando ya había perdido la posibilidad de clasificar a la Liguilla en el plano local.

Pero Nacho Ambriz no cambió las formas y continuó apostando a ese trabajo constante pero silencioso que tan buenos resultados le había dado como futbolista. Entonces, era cuestión de esperar las buenas que sí iban a llegar. Su primer título fue la Liga de Campeones de Concacaf con el América en la temporada 2015/2016 y dos años más tarde volvería a dar a Necaxa la oportunidad de coronarse alzando la Copa MX 2018.

Ese mismo año arribó a León, donde está realizando una temporada impecable que lo llevó a convertirse en el entrenador más efectivo en la historia del club. Solo restan dos partidos para coronar todos esos méritos con un nuevo campeonato. El primero de ellos, este mismo jueves, desde las 21, en el Estadio Olímpico Universitario. El definitivo, el próximo domingo, desde las 20.30, en el Nou Camp.