Ya en su momento se había generado un gran revuelo por el hecho de que en el palco que estaba Juan Román Riquelme viendo el duelo entre River y Boca que terminó 1-1 por la quinta fecha de la Copa de la Liga Profesional, también se encontraba su hijo Agustín entre otras muchas personas más, todas sin barbijo ni distancia social.

Pasaba que el hijo recién había vuelto de su viaje de egresados en Cancún, México, al mismo tiempo que un vuelo había regresado de dicho lugar con 44 casos positivos de coronavirus. Por más de que el joven no habría estado en ese vuelo, debía hacer cuarentena por varios días para prevenir cualquier tipo de brote masivo.

Ya había tenido la enfermedad el año pasado, pero eso no daba la certeza de que no se podía volver a contagiar. Por ende, desde la justicia citaron al vicepresidente segundo y líder del Consejo de Fútbol del Xeneize a una indagatoria, para que declare ante la justicia los motivos por los que no siguió con el protocolo planteado.

La acusación es por no haber cumplido con los artículos 202 y 205 del código penal, los cuales hablan deactos y desobediencias que propicien la propagación de la pandemia, y cuyos castigos pueden rondar entre una multa de 100 mil pesos o un arresto de hasta 60 días, algo que seguramente no suceda.

Además, podrían prohibir que vaya al estadio entre dos y seis meses, mientras que al heredero del ’10’ también le abrieron una causa.