En Porto Alegre, Inter y River jugaron un partidazo en el primer tiempo por la tercera jornada de la Copa Libertadores.

El Millonario pudo descontar antes del descanso de penal, pero no por la infracción más grosera que se dio en el área del dueño de casa.

Es que cerca de la media de hora juego, Bruno Zuculini cayó por una patada desde atrás, pero el árbitro dijo “siga, siga” de manera insólita.

El juez jugó coindicionado sabiendo que se había equivocado, cobró un tiro libre inexistente para el equipo argentino y de allí vino el penal que sí cobró.

¡Era un penalazo!