Desde que la pandemia comenzó, Brasil de la mano de Bolsonaro tomó una postura muy liberal con respecto a los cuidados para prevenir los contagios masivos.

El fútbol siguió la tendencia, y mientras hay miles de infectados y muertos por día, el torneo local ya retomó su actividad.

Ayer Palmeiras jugó ante Santo André por las eliminatorias del Campeonato Paulista, ganando sobre el final y metiéndose en semifinales.

Todos focos apuntaron a Felipe Melo, porque el capitán del Verdao demostró que la pausa no lo cambió ni un poco.

Pasa que metió el primer gol del partido a nada del final, y su primera reacción fue gritárselo en la cara a un rival.

Al instante, mientras lo iban a buscar y sus compañeros lo defendían, él metió su festejo gateando por el pasto, en honor a su perro.

Finalizado el duelo, poco le importó lo sucedido: “Estoy muy feliz, hoy mi esposa estácumpliendo años y este triunfo es para ella. Me emociono porque dicen que detrás de todo hombre hay una gran mujer, y es así. Ella siempre me apoya y se lo quiero dedicar”, expresó.