El amor que los hinchas de Boca tienen por Juan Román Riquelme es indescriptible, algo que pocos futbolistas pueden darse el gusto de recibir. El máximo ídolo de la historia del club se ganó el cariño de todos los fanáticos del Xeneize gracias a sus heroicos rendimientos en las épocas más doradas de la institución.
Como sucede con las grandes estrellas, esa devoción por el exfutbolista se transmite de generación en generación, provocando que hasta chicos que nunca lo vieron jugar lo amen de la misma manera.
Uno de los mejores ejemplos de lo recién mencionado es el de Santino, un nene de seis años que esperaba la firma de un autógrafo en la puerta del Centro de Entrenamiento de Ezeiza. Mientras aguardaba junto a su madre, Cristian Riquelme, hermano del 10, los vio y los llevó directamente hacia el SUM.
Mientras se divertía con una camiseta de su ídolo, apareció el propio Juan Román para sorprenderlo. La reacción del nene es para enmarcar,salió disparado para abrazarlo, y Riquelme lo alzó y se lo llevó a conocer las instalaciones.
¡Grande, Román!