“Los italianos entendieron que están en el mundo como los demás. Se convencieron de que pueden competir a nivel mundial, al mismo nivel que el resto. Que también pueden ser rápidos”. Cinco medallas. Todas de oro. En pista, en campo, en asfalto y en equipo. Italia deslumbró en el atletismo de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020y logró alzarse con el segundo puesto entre los que más medallas de oro lograron. Ganó los 100 metros llanos, el salto en alto y la posta 4x100 masculina, y las dos competencias de 20 kilómetros de marcha, la masculina y la femenina.
Pero, ¿cuál es el secreto de este resurgimiento? Lo explica Tito Tiberti, miembro de la delegación italiana que viajó a Tokio y Team Manager del Maratón y Marcha en una charla informal con Bolavip.
“Ganar cinco medallas de oro para el atletismo italiano es sorprendente porque quizá no estamos acostumbrados a correr tan rápido como los demás Pero estamos en un proceso que se empezó hace algunos años con los jóvenes que fueron protagonistas de campeonatos europeos y mundiales en las categorías U20 y U23 que construyeron una personalidad deportiva. Hoy nuestros atletas pueden competir al mismo nivel que los demás, el mundo va rápido pero los italianos también”, explica Tiberti.
Ese convencimiento viene de la mano de un trabajo que se realiza con planificación hacia el futuro, de manera que parece que Tokio será sólo el comienzo. “Los jóvenes crecieron en un contexto de competencias internacionales de alto nivel y no sólo a nivel nacional o local. Fue el enfoque central para esta gestión actual de la Federación” , dice el italiano a cargo de los equipos de maratón y marcha, quien detalla que quien está a cargo de este trabajo es Antonio La Torre, profesor de metodología deportiva en la Universidad de Milan.
Y cuando hablan de planificar, no se trata sólo de las carreras: “Se planifica todo. Se planifica el recorrido que los atletas hacen desde que son jóvenes hasta que están listos para la competencia del máximo nivel como los Juegos Olímpicos", cuenta. Y agrega: "Eso fue fundamental para llegar listos a las competencias. Pasando por los campeonatos juveniles hasta lo internacional. Construir. Y eso faltaba en la cultura deportiva del atletismo italiano, en los últimos años. Existía en los 70s y 80s que estábamos al tope mundial”.
Para Tiberti, en los últimos años lograron entender que "no necesitamos campeones símbolos. Esos son la punta del iceberg. Marcell Jacobs es doble campeón olímpico en los 100 y en los relevos, pero debajo de él hay muchos chicos, una generación que está inspirada por él y por Filipo Tortu que hace dos años fue el primer italiano en bajar los 10 segundos en los 100 metros”.
¿Qué cambió en la mentalidad de los jóvenes?
-Hace diez años para los jóvenes hacer atletismo era una actividad de segundo nivel de los que no podían ser excelentes en otros deportes de equipo. Hoy los chicos quieren hacer atletismo, no lo querían antes. Y eso es muy importante porque hay una base de practicantes. Con esa base se pueden lograr resultados. Nuestros chicos ahora son los mejores con estructura física, siguen jugando al vóley, al básquet, al fútbol pero también hacen atletismo y no vienen sólo los menos fuertes o los más pequeños. Eso ayuda mucho.
Los períodos que los atletas pasan juntos se extendió, es más importante, sobre todo los relevos, se entrenan juntos en lugares con climas cálidos, en especial en el Centro de Preparación Olímpica de Formia, al Sur de Italia. Se entrenan juntos, construyen confianza en sí mismos y en el grupo, en los compañeros de relevos y en los suplentes. Se traba en, y para el equipo. Una lógica pragmática que sirve para explicar la importancia y relevancia que tiene entrenar al máximo cada una de las fases de una carrera de relevos.
¿En qué hacen foco mayoritariamente?
-El foco no es sólo la velocidad, es todo el atletismo. Hemos tenido finalistas en casi todas las especialidades, desde los saltos, lo de Tamberi fue una de las puntas del iceberg pero Gimbo es excelencia pura desde hace muchos años y ya lo sabíamos. Pasó por el incidente de Mónaco (NdR: se rompió el ligamento del tobillo en la previa a Río 2016), renació y hoy es fuente de inspiración. Pero hay otros atletas en saltos, en lanzamientos también, en Bala tuvimos un finalista pero podrían haber sido tres y eso es inédito en el atletismo italiano. Tuvimos dos finalistas en los 100 con vallas, y uno en 5000 y otro 3000 metros con obstáculos. Una finalista con récord nacional en los 5000, una mujer en semis en los 1500. Es un renacimiento del endurance de Italia que ha tenido campeones importantes hasta los años 90. Y después pasa a la ruta y allí hemos recogido dos otras medallas de oro con la marcha. Dos atletas excelentes. Massimo Stano tiene récord nacional, Antonella Palmisano ya fue cuarta en Río y tercera en el Mundial de Londres. Pero hicieron un salto de calidad. Y se pudieron en el tope del mundo en una edición complicada, sin hacer sus mejores tiempos pero fueron los que mejor pudieron cumplir con temperaturas muy altas y humedad. Eso es el fruto de la planificación. Y del trabajo con sus entrenadores, fisios, con sus equipos en su sentido completo. En el maratón no nos fue del todo bien, pero está creciendo y creo que en París tendremos algunos atletas que podrán ser protagonistas en el maratón, principalmente en el masculino.
-Se los vio celebrar juntos a Tamberi y Jacobs, se vio un espíritu de equipo. ¿Se trabaja?
-Una cosa que no había antes y hay ahora es el espíritu de equipo en el atletismo italiano. Un ejemplo con los marchistas y maratonistas: nos quedamos en Sapporo, a más de 1000 kilómetros de Tokio. El sentimiento nacional estaba muy fuerte. Hemos participado de los éxitos que se sucedieron en Tokio como si hubiésemos estado ahí, fue muy importante para las motivaciones. Todo está conectado. El espíritu de equipo se hace más grande cuando se piensa en otros deportes y disciplinas.