Será el ultimo gran baile. Su última función. Luis Scola es el abanderado de la Generación Dorada. Y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 marcan su quinta participación consecutiva en la cita deportiva más trascendente del mundo. Medalla de oro de Atenas 2004 y bronce en Pekín 2008. Subcampeón del mundo en Indianápolis 2022 y China 2019. Liga Nacional, ACB (liga de España), NBA y más con miles de kilóemtros recorridos para el pivote de 2 metros y 6 centímetros y 110 kilos.

En las puertas de su retiro, el legendario jugador de 41 años, lo cierto es que nadie sabe (acaso, ni él mismo) cómo continuará luego de Tokio. aún no está claro si su última competición. Puede que sean sus últimos Juegos, pero aún no está claro si su última competición. Ni tampoco busca un final “cinematográfico”, como lo llama. “Muy probablemente me retire porque tengo 41 años. Estoy evidentemente en la puerta del retiro. Pero nunca anuncié mi retirada. Y efectivamente no estoy buscando ninguna cosa en particular de Japón. Lo único que busco de estos Juegos Olímpicos es llegar lo mejor preparado posible, poder competir al mejor nivel posible y ayudar al equipo lo más que pueda, que el equipo juegue bien y ya está. Pero no estoy buscando ningún cierre ni ninguna cosa de ese estilo. De hecho, ni siquiera sé si me voy a retirar, que es más que probable, pero ni siquiera lo sé aún”, contó el jugador al sitio web oficial de Tokio 2020. Y añadió: “Lo más probable es que no juegue el año que viene; que me termine retirando en Tokio. Cuando termine la competición, lo pensaremos”.

Su idea fue siempre poder jugar y tratar de jugar lo más que pudiera. “Me gusta mucho jugar al básquet. No para batir un récord o algo así, pero la verdad es que jugar cinco Juegos Olímpicos era impensado para mí cuando empecé a jugar. Haber llegado hasta aquí la verdad que me pone muy, muy contento”, expresó.

En si visión, el logro dorado de Atenas 2004, con el correr del tiempo, se hace más épico. “Con el paso del tiempo tomás conciencia de lo difícil que es conseguir una medalla de oro Olímpica, incluso la medalla de bronce que tiene casi, casi el mismo nivel de épica. En ese momento me recuerdo, obviamente, disfrutando muchísimo de estar en ese punto de euforia total. Pero también pienso hoy, diecisiete años después, que no era muy consciente de lo que estaba pasando, no era muy consciente del verdadero valor”, contó. ´

No es amigo del pasado, trata de resistir la nostalgia. Le gusta más el aquí y ahora. “Intento no meterme en esos lugares nostálgicos porque todavía sigo jugando y pienso que al final te transporta mucho para el pasado y poner energía del pasado te quita un poco de energía del presente. Intento que toda mi energía esté en el presente, no en el pasado y el futuro, pero sé que, próximamente, cuando no juegue más, voy a tener momentos de revisión, de mirar para atrás y ver lo que pasó”, señaló.

Luis Scola junto con Sergio Hernández (Getty Images)

Para Scola, aquella presea de oro, es el highlight de su Carrera. “Cuando la gente hable de mí dentro de un tiempo, lo que va a salir arriba de la mesa va a ser eso. Yo personalmente lo pongo junto con el hecho de haber llevado la bandera en la fiesta inaugural de Río. Para mí, a nivel individual, ese es el logro máximo posible que puede tener un atleta. Y el hecho de haberlo conseguido también me lleva a ese lugar incrédulo de decir lo conseguí, algo que era imposible. Hace mucho tiempo, cuando empecé con todo esto, para mí era imposible”, apuntó el pivot que actulamente juega en Pallacanestro Varese, de la Seire A de Italia.

Su palabra no solo cuenta con el aval de sus logros. Su influencia es vital dentro y fuera de la cancha. Scola, el hombre que si pudiera volver a vivir su vida, “volvería a ser deportista profesional todas las veces que pudiera”.