En los últimos días, la información que llega desde la prensa francesa es que Neymar suspendió las negociaciones de renovar su contrato con Paris Saint-Germain al ver que la llegada de Lionel Messi al club parisino ha pasado de ser difícil a casi imposible. Su vínculo vence el año que viene.
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Desde lo contractual, es exactamente la misma situación que PSG sufre con Kylian Mbappé, quien tampoco ha avanzado en las negociaciones y su contrato termina en 2022. Por eso, desde Barcelona ven que es el momento para poder traer al extremo brasileño: para la institución francesa, podría ser el último mercado de pases importante para evitar que el jugador se marche gratis.
Según informó Sport, desde la comisión directiva de Joan Laporta solamente ven factible el regreso de Neymar si se logra negociar un intercambio. Desde una economía muy golpeada como es la del Barça y donde se esperan recién ganancias para la temporada 2022/23, una oferta por millones (PSG invirtió 222 en él) parece imposible.
Por eso, Barcelona piensa en dos jugadores para hacer ese mencionado trueque. Uno de ellos sería Antoine Griezmann, quien llegó a partir de 120 millones de euros a mediados de 2019. Está claro que el francés ha estado muy lejos de cumplir las expectativas. La segunda opción es un compatriota suyo.
Se trata de Ousmane Dembélé: un fichaje también importante por el que se gastó más de 105 millones y otros cuarenta en variables. A la par de Griezmann y como la mayoría de los fichajes de la presidencia de Bartomeu, no ha cumplido las expectativas y también se plantea como un jugador a presentarle a PSG. Tanto para Dembélé como para Griezmann, el jugador en Francia ya como campeones del mundo podría ser una seducción.