Dieciocho minutos le tomó al Barcelona generar peligro contra el arco del Eibar, pero cuando se decidió a hacerlo marcó el gol que le permitió tomar ventaja en el marcador.
Fue con una jugada colectiva a máxima velocidad, que culmino en una pared entre Suárez y Coutinho que definió el uruguayo haciendo gala de toda su categoría.
Lucho abrió el pie, incluso inclinó su cuerpo dejándose caer para ubicar el balón bien lejos de la posición del portero Asier Riesgo.
Un golazo de los que se extrañaban en el Barcelona de Valverde.