Bueno, no lo podemos creer. Después del insólito error en el gol de Benzema, el arquero de Liverpool decidió agrandar su leyenda.

Gareth Bale le pegó desde la casa, el balón le iba a las manos de Loris Karius, pero el guardameta puso la mano flojita y la pelota besó la red.

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No lo podía creer él, sus compañeros y los miles de fanáticos del elenco inglés que estaban en el estadio.

Sin dudas, el peor partido de su vida y que quedará marcado para siempre. Mientras tanto, Bale celebra un doblete impensado para gritar campeón de la Champions.