El histórico e inolvidable 2-8 de Barcelona ante Bayern Munich, en el marco de los cuartos de final de la pasada edición de la UEFA Champions League, generó un antes y un después en la organización de la poderosa escuadra catalana.
Inmediatamente, Barcelona decidió prescindir de los servicios de Quique Setién, por entonces director técnico, e ir a buscar a un viejo conocido de la casa: Ronald Koeman, que, hasta ese momento, se encontraba comandando al seleccionado holandés.
Ni bien llegó al último subcampeón del fútbol español, Koeman se reunió con algunos jugadores y les comunicó que no iban a ser tenidos en cuenta. Entre ellos estuvieron algunos referentes como los mismísimos Luis Suárez y Arturo Vidal.
Inmediatamente, Inter de Milán se ubicó tras los pasos del experimentado mediocampista chileno de 33 años de edad, a quien ya había intentado incorporar en otras oportunidades pero en las cuales no había tenido ningún éxito.
Sin embargo, en esta ocasión, los caminos se allanaron y las negociaciones llegaron a buen puerto. Así fue como las partes implicadas acordaron la transferencia del hombre que también se desempeñó en Colo Colo, Bayer Leverkusen, Juventus y Bayern Munich.
En ese contexto, y, luego de varias semanas de espera, este domingo, el equipo comandado tácticamente por Antonio Conte anunció, por intermedio de sus redes sociales oficiales, la contratación del mundialista con el combinado chileno.