La euforia quedó en el aire. Tottenham pasó a las semifinales de la Champions League en un partido de locos frente al Manchester City.
El global finalizó 4-4, pero siete de esos goles se convirtieron en la vuelta de la serie que no dio respiro.
Sobre el final, el equipo de Guardiola anotó lo que era la clasificación pero el VAR lo anuló y la tensión fue máxima.
Cuando el árbitro pito su silbato, las reacciones de los dos entrenadores representaron las dos caras de la moneda.
Por un lado, Pochettino explotó de euforia y comenzó a gritar como pocas veces lo vimos. Pep, de espalda y mirando hacia abajo, se fue rápidamente al vestuario.