Por más que Zinedine Zidane lo niegue conferencia tras conferencia, Gareth Bale se ha caído definitivamente de los planes más ambiciosos del Real Madrid y su figura solo toma protagonismo como parte del recambio.

El galés se ha convertido en un suplente habitual en las grandes noches.No salió de inicio en ninguno de los dos choques ante el PSG; ni siquiera jugó en el 0-3 en Turín; en la vuelta ante la Juve, aunque fue titular, Zidane decidió dejarle en el banquillo tras el descansoy en el Allianz volvió a quedarse sin jugar.

Pero incluso más que los análisis y las palabras pueden valer algunas imágenes a la hora de pensar que Bale tiene las horas contadas en Madrid. El exjugador del Tottenham, por el que la Casa Blanca invirtió en su momento más dinero que por cualquier otro futbolista en toda su historia, ha pasado de fotografiarse con Cristiano, Marcelo y Sergio Ramos a hacerlo con Borja Mayoral, Theo y Marcos llorente, jugadores que casi ni cuentan para el entrenador.

El galés tiene contrato con Real Madrid hasta 2002, pero incluso en la Casa Blanca empiezan a creer que no se justifica mantener un salario tan alto para un futbolista que dispone de tan pocos minutos. Esto, sumado al interés que sigue despertando en varios equipos de la Premier League, muy probablemente harán que el final del la historia entre Bale y el club Merengue se adelante unos cuantos episodios.