Cuando Barcelona no lograba vulnerar al Getafe, Ernesto Valverde hecho mano a Ousmane Dembélé, esa joya que le faltó casi durante toda la temporada por lesiones y que otra vez tuvo a su disposición. Sin embargo, el francés no logró nunca aportar desequilibrio, la principal de las virtudes por las cuales la directiva culé decidió pagar por él 105 millones de euros, más variables por alrededor de 40 millones más.

Pero la noticia que mayor indignación causó entre los aficionados del equipo blaugranase dio a conocer esta mañana y es que el exjugador del Borussia Dortmund vuelve a ser baja en los entrenamientos, ahora por problemas gástricos.

En Barcelona, entonces, ya se comenzó a generar esa sensación de que será muy difícil amortizar el dinero invertido por Dembélé, una de las grandes apuestas del club en el mercado de verano, donde tuvieron que cubrir de urgencia el hueco que dejó la salida de Neymar rumbo al PSG.

Y cada vez se trata menos de las lesiones, porque incluso estando al cien por ciento desde lo físico, parece imposible que, hoy por hoy, el francés encuentre resquicio para colarse en el primer equipo, donde el tridente que conforman Messi, Coutinho y Suárez parece empezar a afianzarse.