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Manchester City ya estaba en la cuerda floja y necesitaba de un milagro para clasificar hacia las semifinales de la Champions League. Pero Nicolás Otamendi se encargó de romper la soga y definir el partido.
En el tramo final del encuentro, el defensor argentino tuvo un error grosero en la salida y Liverpool no perdonó: Roberto Firmino estampó el 2-1 para la formación visitante y selló la clasificación.