A veces, una imagen dice más que mil palabras. Pero cuando una frase es contundente puede con todo. Si no, habría que preguntarle a los hinchas del Benfica de Portugal. Eran uno de los equipos más poderosos de Europa, hasta que el entrenador de turno, el húngaro Bela Guttmann (nació el 13 de marzo de 1900 y murió el 28 de agosto de 1981= sentenció al club para siempre con una frase.
El Benfica era uno de los equipos más poderosos de Europ. En 1961 y 1962 se había coronado campeón de la Champions League, por aquel entonces Copa de Europa. Así, los portugueses se convirtieron en el primer equipo que rompió con la hegemonía del Real Madrid, los españoles habían ganado las primeras cinco ediciones de la competición.
De hecho, se le atribuye a Guttmann el 4-2-4 que aseguró el dominio internacional de Brasil en los años 50, 60 y 70. Fue seleccionador en diez países diferentes durante 30 años, incluyendo seleccionadores nacionales en Hungría, Austria, Holanda, Italia, Brasil, Uruguay y Portugal. A mediados de los años 50 fue entrenador del Sao Paulo y de la selección brasileña donde introdujo esta formación.
Pero los logros de las Águilas tenían un responsable, el húngaro Bela Guttmann, quien ya tenía una larga carrera como entrenador y, como dato de color, dirigió a Quilmes (el Cervecero de Argentina) en 1952.
Llegó al club en 1959, luego de haber dirigido al Porto, el otro equipo más importante de Portugal. En su paso por Benfica ganó las dos Champions ya mencionadas y la liga en esas mismas temporadas. En el país era una institución y hasta llegó a dirigir al seleccionado.
Adiós Guttmann, hola venganza:
Pero uno supondría que se fue del Benfica por todo lo alto, pero no. Existen muchas teorías sobre la salida de Guttmann en 1962. La más aceptada es que fue por problemas económicos. Pero luego de eso, el húngaro soltó una frase, exactamente no se sabe que dijo, pero se cree que fue lo siguiente: “El Benfica no volverá a ser campeón de Europa en los próximos cien años”. Algunos dijo que agregó un “sin mí”.
Lo cierto es que sin Guttmann, Benfica ganó ligas y copas locales. Pero nunca más a nivel internacional. No solamente a nivel mayores, sino que también a nivel juvenil se venía dando lo mismo. Las que más dolieron fueron las de Champions League. Que no fueron ni una ni dos, sino que cinco. La última de ellas en 1990 contra el Milan.
Pero a esas cinco caídas se suman otras tres por Europa League. Una más dolorosa que la otra. En 1989 fue contra el Anderlecht, al año siguiente perdieron la de Champions con los italianos. En 2013 cayeron ante el Chelsea, con un gol en el minuto 93 de Branislav Ivanovic. Al año siguiente, volvieron a llegar a la final. En esta ocasión cayeron ante el Sevilla, experto en esta competición. Esta vez, la caída fue por penales.
Desde aquel entonces, los portugueses no alcanzaron nunca más una final a nivel mayores. Pero sí a nivel juvenil. Pero, spoiler, la perdieron. En 2020 fueron derrotados por el Real Madrid en la final de la UEFA Youth League.
Pero el fútbol da revancha. Frase hecha si las hay. En 2022 las juveniles de las Águilas volvieron a la final y golearon 6 a 0 al Red Bull Salzburgo en el cruce decisivo. Parecía que la maldición de Guttmann había quedado atrás, pero puede ser que aplique solo para mayores.
En la Champions 2022/2023 Benfica hizo una gran fase de grupos, dejó afuera a la Juventus y le jugó de igual a igual al París Saint Germain. Pero nada es perfecto, fueron eliminados en los cuartos de final a manos del Inter. Han pasado 61 años y la Maldición de Guttman sigue causando dolores de cabeza.