Sus directivas no pueden ni verse, se han frustrado operaciones de mercado por todo lo alto y ahora hasta sus entrenadores han chocado en rueda de prensa antes del primer asalto de cuartos de Champions League. Barcelona y PSG han construido una rivalidad a base de nombres propios desde que Qatar llegase a Francia años atrás. Lionel Messi y Neymar son solo dos puntos más.
Los resultados a nivel deportivo ya calientan un choque de trenes en el Parque de Los Príncipes. Se viene del 6-1 con Luis Enrique al frente del Barcelona al 1-4 del PSG en el Camp Nou por la última eliminatoria de Messi en Cataluña por la Champions. Partidazo el que se viene por delante y que no puede entenderse sin una rivalidad con más de 5 hitos propios que marcaron lo que se vive ahora mismo en la capital de Francia. Que Nasser Al-Khelaifi y Joan Laporta apenas hayan cruzado mirados es todo menos gratuito.
La marcha de Messi fue el último gran punto. No por el hecho de que PSG aprovechase las promesas incumplidas de Laporta con La Pulga, más si por las denuncias públicas que se hicieron desde el Camp Nou alrededor del seguimiento del club galo a Lionel cuando este todavía tenía contrato en vigor. No hubo chance de ver al rosarino como visitante en la ciudad condal, pero ni mucho menos esto bajó las tensiones que se arrastraban de años antes.
Una donde el nombre Neymar es imprescindible para entender todo. 222 millones pagó PSG mientras Josep Bartomeu se burló durante semanas de Qatar y esa posibilidad de quitarle al heredero de Messi de las manos. No solo pasó, no solo ese dinero jamás se invirtió bien (y todavía pesa en la economía del club), sino que igualmente jamás pudo ver a Barcelona devolviendo el golpe buscando el retorno de Ney en varias ocasiones. Es una herida abierta en el corazón del barcelonismo.
Pero el conjunto culé ya había buscado algo similar en el pasado. Concretamente con los Thiago Silva y Marco Verratti. Hubo charlas con ambos, se avanzó en el acuerdo y Qatar fue tajante. Tanto brasileño como italiano fueron castigados con esos partidos en el palco y lejos del césped que suela aplicar Doha a quienes buscan dejar sus filas sin permiso de Oriente Medio. También que nadie olvide la trama Marquinhos o mejor dicho cuando PSG hackeo un arribo del zaguero al Camp Nou que parecía hecho. Tensión que se acumula y que nadie olvida.
Golpe a la economía
Qatar es otra palabra clave. Barcelona decidía no renovar el acuerdo de patrocinio con Qatar Airways tras el episodio Neymar. Decisión que sobre pasa el campo y que ponía en jaque uno de los planes de expansión de Doha hace casi 10 años. Rakuten se quedaba con un premio que por Oriente Medio nunca se perdonó. No solo hay jugadores en esta trama de máxima rivalidad.
La trama Superliga
Barcelona sigue junto a Real Madrid en su causa. PSG en la de UEFA y en medio aparecen nombres que como Nasser Al-Khelaifi, ejercen ahora mismo como presidentes de una ECA sin culés o merengues dentro de la organización. Así se ha construido una rivalidad con pocos precedentes a corto plazo en la Copa de Europa. Como si algo faltase, están igualados a cuatro victorias por bando en 12 choques.
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