No es algo muy habitual en el fútbol, es más, suele suceder muy de vez en cuando en algunos partidos. También existe la discusión de si el jugador tiró un centro o intentó directamente hacer un gol olímpico. Es decir, un gol directo desde el córner. ¿Pero por qué a esta jugada se la reconoce con este nombre?

Para los Juegos Olímpicos de París 1924, Uruguay se colgó la medalla de oro en fútbol. Pero la historia del gol olímpico no nace en unos Juegos Olímpicos, sino en el festejo de aquella presea dorada. Con motivo de homenaje a los campeones, la Selección uruguaya realizó dos encuentros amistosos contra la Argentina, uno en Montevideo y otro en Buenos Aires. El primero terminó con una igualdad 1 a 1 y en el segundo, sucedió lo inédito: un gol directo desde el córner.

Aquella revancha tuvo que postergarse para el 2 de octubre por la cantidad de personas que se había acercado al estadio de Sportivo Barracas. “El partido debió jugarse un 28 de septiembre –cuenta Borocotó–, pero fue tal la afluencia de público que penetró a la cancha limitándola. Por esa circunstancia se suspendió el juego a los pocos minutos y se disputó el lance cuatro días después, colocándose entonces un alambrado en torno al field. Por eso al alambrado que ahora circunda los campos de juego se lo llama ‘olímpico’. Ya ven cuántas cosas, además de la importancia del partido y el resultado favorable para los nuestros, determinaron que nunca se olvidara ese estadio de Sportivo Barracas”, escribió Ricardo Lorenzo Bocorotó, a cargo de la crónica para la revista El Gráfico.

Ante semejante panorama, el encuentro sólo pudo disputarse durante cuatro minutos hasta que el juez lo suspendió. Ni siquiera la intervención del Ministro de Guerra, Agustín P. Justo, alcanzó para detener el caos reinante. Los jugadores uruguayos se refugiaron en el vestuario y los argentinos salieron por una puerta trasera, mientras el público, bajo la intensa lluvia que se había desatado, aguardó casi cuatro horas por la reanudación.

Los dirigentes uruguayos, al ver el panorama, pidieron mejores condiciones para la realización del partido. Esto implicó la instalación de un alambrado perimetral, un pedido al que los argentinos accedieron y, así, el match finalmente se disputó el 2 de octubre ante casi 37.000 personas en las tribunas.

El partido y el primer gol olímpico de la historia:

Con el partido en plena dispiuta, al minuto 15 del partido hubo un córner para la Argentina y Cesáreo Onzari pateó desde la esquina izquierda directo al arco. Nadie tocó la pelota y, encima, los jugadores uruguayos se quedaron parados y tiesos como estatuas.

Luego, los futbolistas celestes protestaron la acción, reclamando que había existido una falta contra su arquero. Al ver que el árbitro Ricardo Vallarino ignoraba sus quejas, argumentaron que Onzari no tuvo intención de hacer eso y que el gol había sido producto del viento. Más tarde, el futbolista argentino defendió que lo tenía planeado de antemano y, además, sacó chapa de ello: “Nunca pude hacer otro gol igual. Fue el mejor de mis goles por la repercusión que tuvo y el asombro de la gente”.

Como dato de color, el gol olímpico no estaba permitido en el reglamento hasta unos meses antes de ese partido. Fue en junio de 1924 cuando la Internacional Board lo acogió por primera vez, permitiendo, así, que se pudiera hacer un gol directamente desde la esquina desde ese momento. Pero el nombre que le quedó debido a las circunstancias y el rival que apeló a pegar más de lo debido y obligó al árbitro a suspender el match en que Uruguay logró empatar a través de Pedro Cea y la Argentina redondeó el triunfo 2-1 con un tanto de Domingo Tarascone.

A partir de ese gol de Onzari, cada vez que se repetía una jugada similar se decía que era un gol “como el de Onzari a los olímpicos”, hasta que la incomodidad del término generó un cambio y se convirtiera en “gol olímpico”. Una defenición que ya es eterna.