Golden State Warriors ha demostrado estar más decidido que nunca a recuperar su dominio en la NBA. Con su líder indiscutible, Stephen Curry, al mando, implementaron una serie de estratégicos movimientos que prometen cambiar el panorama competitivo de la liga para arrebatar la gloria de las manos a los actuales campeones, Denver Nuggets.

La figura de dominio de Curry es innegable. Tras una temporada de trabajo duro se presenta más fuerte y determinado que nunca en búsqueda de su quinto trofeo Larry O’Brien. Para ello, desplegará su liderazgo sobre la duela al servicio del entrenador Steve Kerr, listo para comandar a los suyos en cancha.

En ese sentido, un cambio clave para los Warriors fue deshacerse de un ambiente tóxico alrededor de jugadores como Draymond Green y Jordan Poole. El intercambio de JP a Washington Wizards ha permitido que el equipo respire un aire fresco y libere la tensión que se había acumulado tras el episodio violeno protagonizado por ambos durante un entrenamiento de la campaña pasada.

Movimientos de alto calibre

La adquisición de Chris Paul, uno de los mejores bases de la liga, ha sido un golpe maestro. Su experiencia será crucial para guiar al equipo en momentos claves, otorgando tranquilidad y quitando peso extra a la dirección del juego encabezada por Stephen Curry.

La combinación de ambos promete ser una pesadilla para las defensas rivales, ya que tienen talento de sobre para dirigir ofensivas en la NBA con el objetivo de crear oportunidades de anotación. Por otro lado, la renovación de Draymond Green por cuatro temporadas refuerza la estructura defensiva del equipo, figurando como uno de los mejores en su posición.

Stephen Curry (Foto: Ezra Shaw / Getty Images)

Además, la firma de Dario Saric y Cory Joseph demuestra la voluntad de los Warriors de fortalecer su profundidad de banquillo, donde Steve Kerr espera que la contribución de ellos añada una dimensión adicional al equipo, lo que será fundamental durante una temporada larga y desafiante. Así, queda declarada la intención de Golden State: Levantar el trofeo Larry O’Brien, una vez más.