En el último mercado de pases, en el verano europeo, Chelsea batió su récord al incorporar al futbolista más caro de su historia. El club londinense pagó 115 millones de euros a Inter de Milán para sumar a sus filas a Romelu Lukaku en una ambiciosa apuesta.

Tras un semestre en Stamford Bridge, el belga le otorgó una entrevista a Sky Sports en la que confesó que no se siente cómodo en su nuevo equipo y que sueña con regresar al club del norte de Italia. El bombazo retumbó en toda Inglaterra y hubo consecuencias.

Luego de sus dichos, Thomas Tuchel optó por borrar a Lukaku de los convocados para el duelo ante Liverpool el pasado domingo. El entrenador no lo puso ni en el banco de suplentes y luego admitió ante los periodistas que se iba a reunir con él este lunes.

Según The Guardian, aquella charla ocurrió por medio deMarina Granovskaia, la directora de Chelsea, que acercó a las partes para que se dialogara en buenos términos. Lukaku no dejaría al club en enero ni tendría intenciones de forzar su salida.

Los Blues volverán a saltar al césped el próximo miércoles cuando enfrenten a Tottenham en las semifinales de la Copa de la Liga y la intención es que el belga vuelva a aparecer. Sin embargo, se espera que antes entregue a unas disculpas públicas por los dichos para incorporarse al plantel durante el próximo partido.