Goles son amores es un viejo axioma que en pleno Siglo XXI sigue tan vigente como cuando el fútbol empezó a dar sus primeros pasos hace más de 200 años (incluso más, hasta llegar a la edad Media). Ahora, en tiempos de capitalismo y globalización, la compra de equipos se hizo moneda corriente en varias de las grandes Ligas de fútbol del mundo. Sobre todo en el denominado Viejo Continente. Inglaterra, más específicamente la Premier League, se convirtió en una invitación para que las sociedades anónimas imprimieran con letras del molde esta forma de gestionar la pasión por el deporte más global de todos.

En sintonía con esta premisa, el club inglés Southampton fue adquirido por el empresario serbio Dragan Solak, dueño del fondo de inversión Sport Republic. Fundado el el 21 de noviembre de 1885, el club inglés marcha en la mitad de la tabla de la Premier (está en el puesto 14°) y la operación por la que el nuevo magnate serbio entra en la Premier ronda los 120 millones de euros. Cantidad pactada con el anterior propietario, Gao Jisheng, para desprenderse del 80% de las acciones club. De esta forma, Solak se convirtió en el mayor accionista del club del sur de Inglaterra.

Para Solak, Southampton reunía “muchas de las cualidades que se buscaban en una gran organización deportiva”. Y añadió: “Tiene un gran equipo de gestión, excelente desarrollo del talento, equipos talentosos que juegan un fútbol atractivo y una base de aficionados entregada (…) Estamos encantados de poder completar esta compra como un primer paso hacia la ejecución de nuestra estrategia de inversión. Southampton será el pilar de la organización que planeamos construir”.

Así lo confirmó el propio club en un comunicado. El consejero delegado de Southampton, Martin Semmens, apuntó en el comunicado que durante los dos últimos años habían buscado un nuevo socio para impulsar al equipo y que hoy encontraron “la solución perfecta” para ello. “Sport Republic son inversores experimentados, pero también tienen experiencia en el mundo del deporte profesional de élite. Esa es una combinación muy difícil de encontrar, y estamos encantados de haber alcanzado un acuerdo que asegura nuestro futuro a corto y largo plazo”, sostuvo Semmens.

Solak, magnate y apasionado por el golf

¿Quién es Dragan Solak?

Solak tiene 57 años y nació en julio de 1964. El multimillonario serbio es conocido por ser un amante conspicuo del golf, deporte que practica y apoya en dosis iguales. De hecho, fundó Eligo, una empresa que brinda acceso a campos de golf exclusivos en todo el mundo y cuya sede se encuentra en Surrey, lo que le da una posición comercial en el Reino Unido. Además, suele escaparse a paradisiacas y exclusivas playas para practicar surf.

Por caso, Solak fundó United Group en 2000. Fue director ejecutivo desde 2000 hasta 2008, cuando fue nombrado presidente de la junta. Hoy es responsable de la orientación estratégica y encabeza el desarrollo continuo de la empresa, aunque ya no es el accionista mayoritario, después de que un inversor adquirió la mayoría de las acciones en 2019. Bajo su dirección, la empresa pasó de ser una pequeña empresa operador de cable en Serbia central a convertirse en un líder regional que ofrece servicios de banda ancha, móviles y de televisión de pago en un mercado de más de 40 millones de personas en ocho países. En la actualidad, United Group genera más de 2000 millones de euros al año. La búsqueda de Solak es potenciar un ecosistema único de empresas de telecomunicaciones, medios, publicidad y tecnología. Es decir, un holding empresarial que tiene, a su vez, otra empresa de producción y distribución de películas cinematográficas llamada VANS, que fundó el propio Solak en 1990 con un grupo de amigos y entusiastas del cine.

El fondo de inversión Sport Republic fue fundado por Kraft y Rasmus Ankersen, quien recientemente se retiró como co-director del Brentford de la Liga Premier.

Más allá de sus frondosas cuentas bancarias, estimado en mil millones de libras esterlinas, Solak suele mantener un bajo perfil. Sobre todo, en su país donde quedó tildado como como un enemigo del estado del Gobierno populista de derecha, liderado desde 2017 por Aleksandar Vučić. Entre otras cosas, lo acusan de ser crítico de las políticas de Vučić a través de los medios.