Su nombre era sin dudas uno de los principales atractivos para el choque de esta noche. Zlatan Ibrahimovic y sus 40 años se plantaban en Madrid para visitar a un Atlético que quería sacarle para ‘siempre’ de la UEFA Champions League. El sueco se niega a decir adiós en un torneo que le debe una última aventura.
El sueco se ha cansado de ganar en todos los clubes que han contacto con sus servicios. Malmo, Ajax, Inter, Juventus, Barcelona, Manchester United y AC Milan han gozado con un jugador que pese a levantar prácticamente cada uno de los trofeos nacionales que se cruzaron por el camino, ha tenido siempre una deuda con la UEFA Champions League.
Y es que solo en una ocasión este crack de casi dos metros ha alcanzado las semifinales de un torneo que ni siquiera los millones del PSG pudieron ayudarle a ganar en algún momento. A sus 40 años y con la energía de un chico de 20, Stefano Pioli le daba 25 minutos para evitar la eliminación de los Rossoneri en el Wanda.
La tarea parecía titánica de entrada. José María Giménez, Stefan Savić y Jan Oblak estuvieron en su retina desde el primer momento que pisó el césped. El montenegrino se le puso encima a uno de los cinco jugadores en activo con más de 500 goles en el fútbol profesional. Con menos de 180 segundos en el campo, de sus pies salía la mejor ocasión de los rossoneri con un pase filtrado que Kessie de milagro no mando al fondo de la red. La calidad pese a al paso del tiempo, está intacta.
Cada toque del sueco era pitado por un Wanda que su manera mostraba el respeto que se ha ganado una estrella del fútbol de nuestro siglo. Por arriba era intratable ante cada balón en largo que sus compañeros buscaban convertir en una contra a partir de sus saltos. Quedaban 10 minutos y Milan necesita un gol de su símbolo para seguir con vida en Europa.
Una contra en el 85 le dio su chance de gloria y si bien la jugada terminó invalidada por fuera de juego, quedaba en claro que Milan dio un paso al frente con su presencia. Kessie aprovechó un desmarque al hueco de Ibra para meter un centro que Junior Messias cambio por gol. Ibrahimovic se tiró sobre el brasileño en la celebración y con su puño al aire, señaló a todo el Wanda que no piensa decirle adiós a ese sueño de ser campeón de Europa aunque tenga 40 años en sus piernas.