Con el título asegurado, Barcelona afrontaba las últimas jornadas de LaLiga con el objetivo de cerrarla lo mejor posible. Por la fecha 36, el elenco comandado por Xavi Hernández visitó a Valladolid, que tenía una percepción completamente diferente de este enfrentamiento.
Es que el club de la comunidad de Castilla y León se encontraba en una situación angustiante en esta etapa, sin tener confirmada su continuidad en la Primera División de España en la próxima temporada. Una victoria les permitía a los de Paulo Pezzolano seguir con la cabeza a flote.
Así, Valladolid salió enchufado en el arranque y consiguió la primera ventaja antes de que se cumplieran los dos minutos, aunque la ayuda de Andreas Christensen fue crucial. El local se vio favorecido por la mala ejecución del defensor danés y gritó rápidamente el 1-0.
Un centro por la izquierda de Darwin Machís cayó con peligro en el área y, en el intento por rechazarla, Christensen la metió en su propio arco con una potente palomita que sorprendió hasta a Marc-André Ter Stegen. La pelota pasó cerca de la cabeza del arquero alemán, cuyos reflejos no alcanzaron para evitar el festejo de Valladolid.
Un gol de Cyle Larin, de penal a los 22 minutos, complicaría aún más el partido para Barcelona. En el complemento, el local le dio forma de goleada por el grito de Gonzalo Plata y, aunque Robert Lewandowski descontó con una buena acción individual, al blaugrana ya no le alcanzaría para evitar la derrota.