San Lorenzo hizo méritos, tanto de local como de visitante, para tener mejor suerte en la serie de octavos de final de la Copa Libertadores ante Atlético Mineiro. Pero la derrota 1-0 en Brasil, producto de un gol de cabeza de Rodrigo Battaglia, lo dejó fuera de competencia y masticando bronca por algunas situaciones atípicas que le tocó vivir.
Muy distinto pudo haber sido el desenlace si el árbitro del partido, Felipe González, le mostraba la tarjeta roja a Otávio por una durísima infracción a Nicolás Tripichio que ni siquiera fue revisada por el VAR. También quedó el malestar de sentir que no se cumplió con los minutos de adición que debieron darse después que el encuentro se frenara por llegar al terreno de juego los gases lacrimógenos con que la policía brasileña reprimió a un grupo de hinchas del Ciclón.
De todo aquello se quejó Gastón Campi, capitán del equipo argentino, una vez finalizado el encuentro: “El árbitro estuvo todo el segundo tiempo hablando con Vargas, capaz que se van a comer juntos ahora. Una vergüenza. Dio 10 minutos, no jugó ni 5, fue un papelón. Estuvo parado porque abrieron la manga. Un equipo que gasta 50 millones por año, haciendo tiempo contra nosotros que nos venimos rompiendo el alma”, expresó.
“La verdad que estoy orgulloso de mis compañeros, tuvimos las más claras, ellos no jugaron a nada, no pudieron hacer una jugada y estoy re caliente con el árbitro. Jugaba para ellos, era el jugador número 12″, agregó el defensor de San Lorenzo.
En la misma línea se expresó Sebastián Blanco, experimentado futbolista que ingresó en el complemento: “Nos vamos con bronca por el maltrato que sufrimos en la tribuna y en la cancha. Fue bastante vergonzoso todo. Me tocó jugar muchos partidos de Copa y generalmente cuando uno viene a Brasil pasan estas cosas. Después andan haciéndose los pobrecitos por todos lados y criticando a los argentinos. Pasó con la Selección y los equipos que vienen acá”, dijo.
¿Por qué los jugadores fueron afectados por gases lacrimógenos?
Policías brasileños contuvieron un incidente protagonizado por hinchas de San Lorenzo apelando a la represión con gases lacrimógenos que terminaron alcanzando el terreno de juego y afectando a los jugadores de ambos equipos, lo que provocó que el partido estuviese varios minutos demorados.
Fueron muchos los hinchas del Ciclón que quedaron heridos tras la intervención policial y requiriendo atención médica en las tribunas. “No sé qué pasará que acá no se toman soluciones al respecto. Yo no veo que en Argentina se los maltrate y la policía reaccione como pasa acá”, dijo Sebastián Blanco al respecto.