El estadio era un hervidero. Horas antes ya habían colgado el cartel de entradas agotadas: no había ni un asiento libre para alentar a la Selección. Es que era nada menos que con Brasil, la final de la Copa América femenina de futsal y en casa. El clima fue perfecto y aunque finalmente no se dio el resultado esperado -ganó Brasil 2 a 0 y conquistó su séptimo título– las sensaciones fueron más que positivas. Estuvo cerca y duele, sí, pero no todo fue en vano.
Para entender también el contexto cabe decir que, en el caso del equipo brasileño, máxima potencia en la región, es en su mayoría profesional mientras que en el equipo nacional la mitad de las jugadoras juegan en el exterior pero el resto lo hacen en el país, en donde aún se trata de un deporte amateur. De hecho, Sofía la Tana Florentín, una de las figuras del equipo, también juega fútbol 11 en la Primera de Estudiantes de Buenos Aires.
Un duro rival
Argentina fue un duro rival para un equipo que goleó en todos los partidos del torneo. Le había ganado 13 a 1 a Ecuador, 7 a 0 a Venezuela, 14 a 0 a Bolivia y 8 a 0 a Paraguay, para clasificarse primeras en su grupo. Después, en las semifinales, venció a Colombia por 7 a 0. Argentina sólo cayó por dos goles: una distracción cuando restaban 8 minutos para el final de la primera parte, una jugada rápida de tiro de esquina, que encontró a las rivales sin marca que aprovechó Debora Vanim y puso de cabeza el 1-0.
Fue un baldazo, porque si bien se jugaba con mucha intensidad y Brasil asfixiaba al equipo sin dejarlo jugar y tratando de recuperar rápido el balón, el arco de Luciana Lera, que sólo había recibido un gol en el torneo. se mantenía cerrado. Y después, el otro golpe, letal: a los 30 segundos de iniciado el segundo tiempo, Brasil sorprendió Amandinha celebró.
Al equipo de Noriega se le hizo cuesta arriba intentar remontar el resultado, intentó varias de sus jugadas clásicas para romper el cero (la Canarinha recibió sólo un gol en toda la Copa) pero no pudo ser. Fue victoria de Brasil en el estadio de Argentinos Juniors. Sin embargo, y pese a la tristeza por no poder conquistar por primera vez este título, el balance es positivo.
Los antecedentes
Por la misma competencia, Brasil siempre ganó y, además, le había convertido muchos más goles: en las semifinales del 2005 fue 8-0; 4-2 en la fase de grupos del 2007; otro 8-0 en fase de grupos en el 2009; derrota 8-1 en la final de Maracay 2011 (primer subcampeonato argentino); y 7-0 en la semifinal del 2017. En el 2019, la última edición del torneo que tuvo a Argentina como subcampeona nuevamente, se habían cruzado en fase de grupos, cayendo 5-2. Y en la final nuevamente, ganando otra vez Brasil por 4 a 1.
Todas por un objetivo
“Es la primera vez que estoy en Argentina, estoy muy contenta de poder vivir lo que hizo esta afición hoy. Estas jugadoras increíbles han demostrado dentro de la cancha, estoy feliz por llevar la Copa a Brasil, pero más aún por vivir esto aquí. Creo que aquí está la respuesta de por qué merecemos el Mundial, la FIFA puede mirar”, dijo Amanda De Oliveira, elegida la jugadora del torneo, respecto al anuncio de la FIFA para realizar el primer Mundial femenino de futsal.
“Es hora de que la FIFA abra los ojos por el público que hay. Puede que esta sea mi última Copa América. Desde que empezó le dije a mis compañeras que era mi sueño jugar en Argentina y superaron mis expectativas”, dijo Carina Becha Núñez, capitana argentina.