Los recientes partidos de CONMEBOL Libertadores para Boca y River presentaron lamentables hechos de racismo desde las tribunas, los cuales generaron graves consecuencias tanto para los clubes, como sucedió con el Millonario, como para los agresores, en el caso de lo ocurrido en el partido del Xeneize ante Corinthians.

El de Gustavo Sebastián Gómez fue el primer hecho en la línea temporal. El hincha de La Banda le mostró una banana a la parcialidad de Fortaleza en el Monumental, junto a varios ademanes xenófobos, y la penalización recayó en las oficinas de Núñez. El monto a pagar será de 30 mil dólares, pero River apelará a la sanción con la intención de que el agresor se haga cargo del gasto en caso de que CONMEBOL vuelva a fallar en contra de la institución.

Días más tarde se produciría otro hecho lamentable. En el choque del equipo de Sebastián Battaglia contra el Timão, Leandro Germán Ponzo, un fanático de Boca que había viajado a Brasil, recurrió a los mismos gestos para burlarse del público local, hasta imitando a un mono. La policía local lo detuvo hasta la madrugada y fue liberado luego de pagar la fianza, por lo que el Xeneize no tuvo castigo por lo sucedido.

Finalmente, el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad actuó en consecuencia del accionar de los dos argentinos y los castigos fueron ejemplares. Ambos estarán vetados para asistir a los estadios porteños: 4 años para Gómez y 2 años para Ponzo. Gestos que jamás volverán a repetir.