Ganar, ganar y ganar. En la cabeza de Boca no hay otras premisas. Si el resultado llega jugando bien, como ante Sarmiento en Junín, mejor. Si llega jugando mal, bienvenido sea. Por eso, a pesar de la lesión de Marcos Rojo, que preocupa muchísimo al cuerpo técnico, Hugo Ibarra se fue con una sonrisa de oreja a oreja. Tres puntos más y el título entre ceja y ceja.

El primer tiempo fue accidentado para el Xeneize. Después de un comienzo muy interesante, en el que Varela rápidamente se adueñó del medio y Óscar Romero se hizo eje en tres cuartos, los de La Ribera tuvieron una chance inmejorable para ponerse en ventaja: un penal. 

Después de una avivada del paraguayo, que hizo rápido un tiro libre lejos del área y dejó mano a mano a Langoni, el punta enganchó ante la salida del arquero y Tello sancionó correctamente el penal. Se festejó en el banco de la visita, pero allí comenzaron las complicaciones. Sebastián Meza se lo contuvo a Marcos Rojo y para colmo el capitán se lesionó intentándo recuperarla tras el córner. 

Pero Boca no desesperó. Continuó con su juego. Insistió en su formas y, cuando parecía que se le venía Sarmiento, aprovechó una contra para marcar el único tanto del encuentro. Cristian Medina realizó una correcta conducción, abrió para Benedetto y Pipa asistió a Luca Langoni, que anticipó a Meza y salió a gritarlo con todo. Sexto gol el Primera para la nueva joyita del club.

Con el tanto de Langoni, los de Ibarra se fueron al entretiempo con otra tranquilidad. Aunque claro, en el complemento los dueños de casa tuvieron las suyas. Con más empuje y ganas que ideas claras, los de Israel Damonte exigieron a Agustín Rossi, que respondió de la mejor manera. 

Así, sufriendo por momentos pero redondeando un encuentro sólido y convirtiendo al arquero del Verde en figura total, Boca volvió a tomar la manija del duelo sobre el cierre y, aunque en los pies de Morales y Vázquez el puntero tuvo el 2-0, terminó pidiendo la hora con un Meza que después de atajarle todo ¡hasta casi se lo empata de volea!

Sufrió, pero se fue festejando. Otra vez sin sobrarle mucho, pero cosechando en Junín lo que fue a buscar: tres puntos de oro para encaminarse al campeonato. Rojo, en una pierna y con la rodilla bendada, terminó dentro de la cancha felicitando a sus compañeros. ¡Boca está de fiesta!