Luego de una histórica derrota de la Selección Argentina a manos de Arabia Saudita en la primera jornada del Mundial de Qatar, todos los focos apuntan al funcionamiento general del equipo, pobre en su debut mundialista, y Lionel Messi no quedó excento de las críticas a pesar de su gol de penal en el primer tiempo.

El capitán fue de mayor a menor con el pasar de los minutos y se lo vio algo desconectado en la etapa complementaria. Para colmo, los rivales también hicieron su juego e intentaron sacar de quicio al mejor futbolista del mundo para evitar que vuelva a meterse en partido. ¿Funcionó? Parece que sí.

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En un tramo del cotejo, el jugador árabe Ali Albulayhi se le plantó al "10" por una jugada en particular que no le gustó y se pasó un poco de la raya: palmadas en la espalda, insultos y topeteo. Una imagen más que particular en pleno debut mundialista para ambas selecciones.

La respuesta de Leo fue completamente serena. Messi no quiso entrar en el juego de Ali Albulayhi, a pesar de las reiteradas provocaciones, y no hizo más que sonreirle en la cara para demostrarle la poca importancia que le daba a sus palabras. Una manera astuta para salir de aprietos.