La de anoche no es una derrota mas para Boca porque marca lo que fue un fracaso rotundo en el primer semestre del año que se devoró a Fernando Gago, al interinato de Mariano Herrón y en definitiva deja a un plantel a la deriva. Un equipo que no estuvo ni cerca de competir, frase que usa tanto Juan Román Riquelme.
Este equipo no compitió con Alianza Lima, cruce en el que sufrió un baile en Perú, y no estuvo ni cerca del objetivo de ganar el Torneo Apertura de la Copa de la Liga al quedar afuera en cuartos de final en La Bombonera.
Al día de hoy, no se sabe a qué juega, no hay una identidad, los futbolistas no saben quién es la cabeza. Herrón puso la cara por cuarta vez porque es un tipo de confianza de Riquelme, pero no es el entrenador de Boca. Boca no tiene DT y esto suena hasta poco creíble, pero es la realidad.Ah, y se viene el Mundial de Clubes en tres semanas.
La gestión de Riquelme está marcada por tres cuestiones: la soberbia, la falta de autocrítica y la improvisación.
Cuando Riquelme estaba afuera del club, daba críticas lógicas por televisión y hoy no las cumple. El caso mas claro es el de los entrenadores, que bajo su gestión duran menos de un año.
Pensemos en el caso de Jorge Almirón, quien estuvo a punto de renunciar a 10 días de la final de la Copa Libertadores por el desgaste interno. Por lo mismo pasaron Sebastián Battaglia, Diego Martínez y Fernando Gago. Y esto le pasará al próximo.
Habrá que ver cómo sigue todo esto, pero la soberbia y la falta de autocrítica siguen impregnadas en la conducción del club. Riquelme volvió a declarar en la semana que a los hinchas de Boca los quiere y les pidió que no se dejen llenar la cabeza. Esto de creer que el que piensa distinto es el enemigo ya se ha vivido a nivel de la política nacional y las consecuencias están a las claras.
Centro el análisis en Riquelme porque es él quien se adueñó del club porque esto del Consejo de Fútbol y de delegar culpas no existe. Quien toma todas las decisiones y quien tiene la llave es él. No hay nadie más que él. Él está por encima de todos y de todo y así está Boca.
Hace dos años que no sale campeón, es la segunda temporada sin jugar la Copa Libertadores y tiene un plantel a la deriva. El que debe hacerse cargo de todo es el presidente de Boca.

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