Como tantos jóvenes en Sudamérica, Carlos Luna partió desde su Ecuador natal al viejo continente para cumplir su sueño de poder dedicarse al pádel de manera profesional. Tras convertirse en el mejor jugador del deporte en su país, sufrió un problema de salud que le cambió la vida.
A fines de diciembre de 2019, cuando tenía 30 años, Luna iba paseando por Londrés y se desmayó sorpresivamente. Tras estar internado unos días en terapia intensiva, Charlie Moon, como es conocido en el ambiente, se despertó y allí un médico le comunicó la peor noticia: tenía leucemia.
“Tenés un grado muy avanzado de leucemia, calculamos que te quedan 10 semanas de vida”, contó Luna que le confesó el médico, en diálogo con el Diario La Nación. Luego de permanecer durante días en el hospital, el jugador de pádel decidió volver a su país natal. “Decidí que quería morir ahí”, contó.
En Ecuador, Luna comenzó con la recuperación y a luchar contra la enfermedad. Empezó con pequeños pasos, intentó agarrar nuevamente una paleta de pádel. “Creeme que no podía, se me caía de la mano. Luego cuando pude recuperar algo de fuerza y entrar a la cancha, la verdad, le erraba a la pelotita”, disparó en esa entrevista.
Mientras seguía con su recuperación, en la que se realizó quimioterapias cada 20 días y tomó 40 pastillas por semana, Charlie abrió una academia de pádel en Ecuador para darle difusión al deporte. Con el correr de los años, el país pasó de tener 7 canchas a superar las 100. Por su parte, él llegó a tener más de 60 alumnos a su cargo.
“Entrenarme no puedo, donde me cargo mucho me desgarro por tantas quimios”, soltó Luna, explicando sus inconvenientes físicos. A pesar de esto, pudo cumplir uno de sus sueños: jugar en el cuadro principal de un torneo profesional de pádel y enfrentarse a los mejores del mundo.
Tiempo después del primer diagnóstico, Charlie volvió a tener otro recrudecimiento de la enfermedad, por el que estuvo internado en coma y el mensaje de los médicos fue el peor. Tal fue así, que con la poca fuerza que le quedaba, le grabó un mensaje de despedida a su familia.
“Se equivocaron dos veces los médicos. Porque yo me voy a morir algún día, como todo el mundo, pero no de cáncer. Ellos no me creían cuando yo les decía que volvería a jugar”, fueron las palabras de Luna luego de recuperarse y vencer por segunda vez a esta enfermedad.
En 2024, la leucemia llegó a la vida de Charlie por tercera vez, y él mismo fue el encargado de anunciarlo en sus redes sociales con un sentido mensaje. “Me regresó la Leucemia. Fuerte y firme, la cual será la tercera vez que la peleo. He estado y estaré fuera de contacto social por un momento, espero que no para siempre”, posteó, junto a una foto suya en el hospital.
Con la fortaleza que lo caracteriza, Luna volvió a vencer esta enfermedad y a reencontrarse con el pádel. Este año, por invitación de Fernando Belasteguín, uno de los mejores jugadores de la historia del deporte, estuvo presente en el P1 de Miami, donde compartió con los jugadores del circuito.

Carlos Luna en el P1 de Miami.
“Estos últimos 5 años he aprendido a valorar profundamente el pádel, el simple hecho de pegarle a la bola. Hoy, cada vez que puedo, lo vivo con una felicidad inmensa. Es un regalo del mundo”, fueron sus palabras en un posteo para compartir su felicidad por la invitación a este torneo.
Pádel vs. Cáncer, la fundación que abrió Luna
En medio de esta pelea, Luna decidió abrir una fundación para ayudar a la gente que pasa por la misma situación que él. “Los jugadores me regalan cosas para subastar”, soltó para agradecer el aporte de los jugadores más importantes del mundo, quienes lo ayudan con su trabajo.
Con esa plata les pagan tratamientos de quimioterapia a personas que no pueden costearlos. “Es mágico lo que lográs, con esa plata le estás dando más vida. Y en realidad… uno muere cuando no te recuerdan, por eso hay que dejar algo”, contó Charlie.

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