La noche del jueves en el Monumental será muy difícil de superar para todos los jugadores de la Selección Argentina, especialmente para Lionel Messi. El capitán fue el más ovacionado en una auténtica fiesta en Núñez, a poco más de tres meses de la Copa del Mundo.

La jornada dio lugar para todo tipo de emociones, desde la alegría, el desahogo cuando llegó el gol de Almada en un momento donde el cero parecía que no iba a romperse y el llanto de felicidad. Sin embargo, el capitán también tuvo tiempo para enojarse un poquito.

Resulta que en el medio de la alegría, el público empezó a pedir que bailen distintos integrantes del plantel y en un momento le tocaba al 10. Leo, vergonzoso y algo nervioso, hizo que no con sus dedos buscando escaparse de ese momento, pero sus compañeros animaban aún más a la gente para intentar que se tirara unos pasos.

Finalmente, hasta con un poquito de fastidio, Messi se puso serio y le clavó una miradita fulminante al resto de los jugadores, que rápidamente la cortaron y siguieron con otra cosa. ¡Con Leo no!