El 13 de noviembre de 2002, en Toronto, Canadá, nació Emma Raducanu, hija de madre china y padre rumano. Apenas a los dos años, los Raducanu emigraron a Londres y en 2007, la pequeña de la familia comenzó a jugar al tenis. Realizó la etapa junior y en 2018 empezó a buscar su lugar en el circuito. Recién en 2021 jugó su primer cuadro principal de un torneo WTA y fue con invitación, en Nottingham y ese mismo año también fue invitada a participar de Wimbledon, claro está que por ser local, ya que no tenía ranking para hacerlo.
Una irrupción impresionante
En aquel Wimbledon de 2021 demostró que la invitación recibida no fue en vano ya que alcanzó la cuarta ronda, pero lo verdaderamente impresionante se dio en el US Open 2021, al cual ingresó al cuadro principal desde la qualy y se quedó con el torneo, pero fue a lo grande ya que no perdió ni un solo set. La final, disputada en la mítica Arthur Ashe el 11 de septiembre, fue ante Leylah Fernández. La británica se impuso por 6/3 y 6/4 en un partido que le cambió la vida para siempre, en todos los sentidos.

Emma Raducanu tras ganar el US Open 2021. (Foto: Getty).
Lidiar con la presión
Tras ganar el US Open 2021, a Emma Raducanu le cambió la vida. Al principio fue todo felicidad, hubo cambios en su equipo, llegaron las marcas, pero también se pusieron muchas expectativas sobre ella. La presión de Gran Bretaña por mantenerse en la elite del tenis -Andy Murray ya había dejado los primeros planos- hicieron que Raducanu, de apenas 18 años pase a tener un peso muy importante sobre sus hombros.
Sin ir más lejos, en el año 2023 llegó a declarar en diálogo con The Times: “Desde entonces, he tenido muchas recaídas, una tras otra. Soy resiliente y mi tolerancia es alta, pero no es sencillo. A veces, pienso para mí misma: ´Ojalá nunca hubiera ganado el US Open, desearía que no hubiera pasado´”.
Se acercaron las marcas, se alejó del tenis
Desde que ganó el US Open, sumado a que es una chica joven y atractiva, las marcas comenzaron a acercarse de manera desmesurada y firmó contratos que rondan los 10 millones de dólares. Entre las marcas más reconocidas aparecen Dior, Tiffany & Co., Vodafone o British Airways. En paralelo al arribo de grandes propuestas comerciales, Raducanu comenzó a decaer en su tenis, aunque también cabe aclarar que tuvo que afrontar diversas lesiones que le impidieron estar al 100%.

Raducanu firmó un importante contrato con Dior. (Foto: Getty).
En 2024, el experto en finanzas deportivas, Rob Wilson fue tajante respecto al vínculo entre Raducanu, las marcas y su desempeño deportivo: “Si no empieza a ganar partidos y llegar lejos en los torneos va a tener muchas dificultades para renegociar o renovar cualquiera de sus patrocinios comerciales y su carrera podría terminar en sus inicios”.
Intermitencias
Luego de aquella gesta histórica en el US Open 2021, Emma Raducanu terminó número 19 del mundo en el ranking de la WTA, pero no logró sostenerlo y el 2022 lo concluyó en el puesto 75, aunque en julio de ese año llegó a ser la 10 del mundo. Ya en 2023 aparecieron las lesiones, ausencias prolongadas y eso se vio reflejada en su puesto 285, pero de cara al 2024 regresó a las canchas, volvió a hacer cuarta ronda en Wimbledon, tuvo victorias interesantes, pero todavía le falta encadenar algunas victorias contra las jugadoras top 10, eso la ayudaría a tener la confianza suficiente para volver a los primeros planos. Cabe recordar que actualmente tiene 22 años.

Raducanu ganó un sólo título a nivel WTA. (Foto: Getty).
Un acosador la acechó en 2024
Uno de los momentos más desagradables en la vida de Emma Raducanu fue cuando en el WTA 1000 de Dubái, mientras disputaba su encuentro ante Karolina Muchova por la segunda ronda, rompió en llanto y se encondió detrás de la silla del umpire. Inmediatamente la WTA abrió un protocolo de seguridad ya que la británica denunció que en primera fila había un hombre que la venía acosando hacía tiempo. Lógicamente la decisión fue la de echar al hombre del torneo y prohibirle la entrada a siguientes torneos.

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Su presente, marcado por las lesiones
Emma Raducanu buscaba llegar de la mejor manera a Wimbledon, donde juega de local, pero las molestias en la espalda le impidieron competir con normalidad en la gira de césped y así lo relató en Eastbourne: “Para ser sincera, todavía me las estoy arreglando. Tengo días buenos y días malos. La semana pasada entrené bastante en Londres y fue bien. Recibí mucho tratamiento y el fin de semana me levanté con dolores, me tomé un día libre y ayer y hoy he entrenado. Pero necesita mucho trabajo y tiene altibajos. Intento controlarlo lo mejor que puedo. Hago de todo: agujas, tejidos blandos, estimulación muscular, vendaje, de todo. Es algo continuo”.

Emma Raducanu tuvo su mejor ranking en julio de 2022, fue la número 10 del mundo. (Foto: Getty).
Su futuro
Es difícil predecir el futuro, sobre todo en una jugadora que tuvo tantas lesiones. Lo que es indudable es su calidad tenística y que escaló en el ranking últimamente, de hecho, en la antesala de Wimbledon se encuentra en el puesto 38. Es muy buena en canchas duras, supo demostrar que se defiende bien en polvo de ladrillo y césped, por lo que, si logra centrarse en el aspecto mental, tiene tenis de sobra para volver a los primeros planos y demostrar que aquel US Open 2021 no fue una mera casualidad. Su próximo desafío será volver a estar plena desde lo físico y hacer un buen Wimbledon para llegar de la mejor manera posible a la gira norteamericana de canchas rápidas.

Raducanu se prepara para competir en Wimbledon 2025. (Foto: Getty).

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