Cuando llegó a Universidad de Chile proveniente desde Europa, fue una verdadera revolución para el fútbol nacional. El argentino Leonardo Adrían Rodríguez de inmediato mostró toda su calidad y la puso al servicio del cuadro que dirigía Jorge Socías para ir en búsqueda del anhelado bicampeonato, en 1995.

Los azules tenían un pasar tranquilo hasta que el fixture señalaba que por la 24° fecha debían viajar hasta el norte para enfrentar a Regional Atacama en el viejo Estadio Luis Valenzuela Hermosilla en la ciudad de Copiapó, aquel 28 de octubre de 1995.

Partido duro, porque los nortinos se pusieron arriba en el marcador gracias a las conquistas de Claudio Tabalí y Roberto Corró. Dos a cero complicado para un equipo que arrastraba nueve fechas en condición de invicto con ocho triunfos.

Pero esta U no estaba para sorpresas y fue así como Juan Carlos Ibáñez logró el ansiado descuento y todavía con mucho partido por jugar. Eso sí, transcurrían los minutos y el gol del empate, no salía.

Hasta que llegó el minuto 79′ y un ataque de los atacameños terminó interceptado por el portero, Sergio Bernabé Vargas. El Superman, lejos de cederla a un compañero salió con el balón dominado y avanzó hasta casi la mitad de la cancha.

El pase lo recibe el Bombero Ibáñez, quien apura para Esteban Valencia. El huevito que desde tres cuartos de cancha elude rivales, se mete al área y prácticamente cara a cara con el golero, decide abrir hacia su derercha a un destapado Leo Rodríguez, quien oberva y saca un potente derechazo al segundo palo dejando sin opciones al golero, Guillermo Rojas.

La celebración del Leo fue con todo. Salío corriendo hasta que se abraza con Cristián Castañeda para luego ser centro de las felicitaciones de sus compañeros. Pero él se lo agradece al Huevito, pero sin menospreciar la génesis que estuvo a cargo de Sergio Vargas. Una anotación con historia, porque fue el gol 3.000 de los estudiantiles en torneos de primera división.

El primero de muchos goles con la camiseta universitariay que se recuerda por estos días, donde la U aguarda por Deportes Copiapó. Sí, es otra razón social, pero ante los pocos recuerdos que existen entre laicos y nortinos, que vale la pena rememorar a un grande que se visitó de azul.