Una larga negociación, que a veces se acerca y la hora después, se aleja. En eso va la novela de Lorenzo Reyes y su posible traspaso a la Universidad de Chile para ser jugador en la temporada 2023.
Los azules buscan un volante y si es de corte con salida limpia, mucho mejor. No obstante, diferencias en el criterio y la postura dirigencial, han retrasado el acuerdo que por un momento parecía ser inminente.
Como se ha sabido, de los seis refuerzos que han llegado a la U, Azul Azul contrató a cinco en condición de libre y solo se tuvo que negociar con un club por el caso de Nicolás Guerra y la oportunidad del Lolo cae de cajón considerando que él terminó su vínculo con los chillanejos.
Por otro lado, siempre está la incertidumbre desde el lado dirigencial que cuando se intentó traer a Reyes el año pasado, este deseaba una cláusula en la cual quedase estipulado que a la primera oferta tentadora que le llegase, el club se vería obligado a dejarlo partir, algo que en su momento, no cayó nada de bien en las huestes universitarias.
Por otro lado, en Ñublense y su entrenador, Jaime García,confíanen que el mediocampista continuará vistiéndose de rojo y si bien aún no arregla con los de Chillán, la postura del club es clara, “no despotenciar para nutrir a otro equipo”, considerando además, que tienen Copa Libertadores.
Misma premisa cae para Jovany Campusano, jugador que también ha sonado como opción de refuerzo para la U, donde a la fecha, solo se han producido algunos sondeos y consultas, pero nada concreto. Esto es considerando que el equipo de Mauricio Pellegrino requeriría de un lateral izquierdo.