Si hay algo que puede presumir Cruz Azul es que su arco siempre ha estado resguardado por las más grandes leyendas que han militado en el futbol mexicano, desde Miguel Marín, pasando por Pablo Larios, Óscar Pérez y hoy en día Jesús Corona; pero aún pudo tener una figura más y se dio el lujo de rechazarla: Jorge Campos.

El considerado mejor guardameta mexicano de todos los tiempos relató que su sueño de ser futbolista profesional comenzó en La Noria, apenas a los 16 años, donde comenzó a jugar con el equipo cementero de la tercera división, sin embargo, duró muy poco tiempo, ya que su destino no estaba ahí, sino en Pumas; es la única explicación para que lo dejaran ir de La Máquina

Sin revelar la identidad de quienes dejaron pasar inadvertido su talento, Jorge Campos confesó que en Cruz Azul no quisieron asumir su formación debido a su corta edad, por lo que le pidieron que se fuera y volviera en un año, pero en el camino se interpuso Pumas y ya nunca más regreso.

“Era el seminario, estuve como un mes (en La Noria), no recuerdo mucho. No puedo dar nombres, pero no me corrieron, simplemente me dijeron que estaba muy chico, en esa época los de la reserva tenían 18, 20 años, yo estaba entrenando con algunos del primer equipo y reserva".

"Estuve entrenando y medijeron regresa en dos años ya que estés más fuerte, en un año creo, regresa el próximo año, pero mi papá ya me había dado mil regañadas para que terminara la prepa y ya me fui, pero en lugar de regresar a Cruz Azul me fui a Pumas, porque Miguel me invitó. Vino Mejía Barón, habló con mi papá y le explicó cómo era el trámite y mi papá aceptó", contó el 'Inmortal' en entrevista para Javier Alarcón.

¿Cómo llegó Jorge Campos a Pumas?

Fue precisamente por un partido entre Cruz Azul y Pumas en la tercera división, cuando un Miguel Mejía Barón que aún no rebasaba los 40 años, y quien tenía muy poco de haber colgado los botines en el Club Universidad, quedó deslumbrado por el talento de Jorge Campos y tuvo la certeza de que era en La Cantera donde se tenía que pulir el diamante que acababa de descubrir.  

"En el inter viene Pumas a jugar contra la tercera división. Ahí me ve Miguel Mejía Barón, jugué el primer tiempo, me metieron dos goles; baja Miguel, habla conmigo y me dice que me vio muy tranquilo para tener 16 años. [...] El Chino le dice que iba a regresar a Cruz Azul y Barón dijo: 'No, no, no, que se venga a Pumas'", platicó el ahora comentarista de TV Azteca.

Y es así como el hombre que jugó toda su vida con la camiseta auriazul hizo hasta lo imposible para que Jorge Campos fuera una leyenda en Pumas; viajó hasta Acapulco para convencer a su papá que lo dejara jugar, lo logró, lo formó, lo llevó a la Primera División, lo consagró como Campeón y el resto es historia.