La expansión del coronavirus por el mundo, que derivó en la suspensión de todas las competencias deportivas, ha ocasionado también un foco de tensión entre FIFA y Conmebol. Esto tiene que ver con las declaraciones de Gianni Infantino, presidente del ente rector del fútbol mundial, acerca de la necesidad de modificar las competiciones en razón de las contingencias, dando lugar a un cambio de formato: "Menos torneos, pero más interesantes".

En oposición a las declaraciones del italiano se manifestó en las últimas horas Alejandro Domínguez, quien opinó que tales decisiones no pueden tomarse pasando por encima de las asociaciones continentales y nacionales. "Me sentí sorprendido. Es legítimo que el presidente de la FIFA tenga ideas sobre el fútbol. Más vale. Lo que sí es que esos cambios de los que habla deben darse de forma institucional", manifestó con tono crítico.

Y para justificar su incomodidad con estas declaraciones, agregó: "Hay un Consejo Ejecutivo de la FIFA y hay un Buró que integran los presidentes de las 6 Confederaciones. Los cambios deben discutirse, aprobarse o rechazarse en esos ámbitos. Entonces, en este momento crítico que vive el mundo, no solo el fútbol, hablar de cambios no es correcto. En ese momento hay que ser solidarios con la humanidad, no pensar en la política".

En la entrevista que le concedió al diario Clarín, Alejandro Domínguez se refirió también a la gran relación que mantiene con Claudio Chiqui Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino: "Hubo algún episodio, algún roce de esos que suceden en el fútbol porque todos queremos ganar. Pero tengo una excelente relación con Chiqui, soy su amigo personal y tengo otros amigos en el fútbol argentino", señaló.

Y agregó: "Soy amigo de Chiqui como de otros dirigentes de Sudamérica, pero desde la Conmebol toca proteger los derechos de todos.Y eso está por encima de todo. Los 10 presidentes pelean por sus asociaciones y yo estoy para lograr el equilibrio, que cada uno tenga sus respuestas, sin perjudicar los otros".