Son infinitos los nombres de entrenadores que ganaron títulos importantes a lo largo de sus carreras, pero no todos quedan inscriptos en los libros de la historia grande del fútbol mundial. Porque para trascender de tal manera, hace falta más que saber de estrategia, analizar bien al rival y que eso quede demostrado dentro de la cancha. También hay que ser un distinto fuera de la misma.
Sin dudas, Jürgen Klopp será recordado por todos los amantes del deporte incluso cuando decidad retirarse. No por todo lo que logró al mando del Borussia Dortmund y ahora del Liverpool, sino también por los gestos que una y otra vez tiene dejando en claro que ganar para él no se lo único.
Miren sino la situación que se dio el fin de semana en uno de los duelos más atractivos que nos regaló la Premier League, entre los ‘Reds’ y Chelsea. Todo venía muy parejo, pero sobre el final del primer tiempo, Christensen decidió derribar a Sadio Mané para evitar que anote y vio la tarjeta roja.
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Uno de los ayudantes del alemán salió a festejar la decisión del árbitro tras haber sido asistido por el VAR, pero al DT no le gustó nada: “¿Estás loco? Nosotros no hacemos esas cosas”,le exclamó al miembro de su staff, que procedió a sentarse otra vez.
Era motivo para alegrarse: apenas comenzó el segundo tiempo su equipo aprovechó la superioridad numérica, anotó dos goles en pocos minutos y de esa manera acumuló la segunda victoria en dos duelos disputados por el torneo local.
Pero de igual manera, antes que nada decidió ponerse en el lugar del rival, y por ese motivo reaccionó como lo hizo. Un distinto con todas las letras. Ejemplo.