Ha dejado de ser solo un tema de especulación en medios de comunicación. Barcelona y su delicada situación económica continúan vigentes en una ciudad condal con 125 años de historia en cuanto a fútbol se refiere. Los rumores de pasar a ser una SAD y no un club de socios rodea una entidad donde dicha decisión no depende de Joan Laporta o Xavi. Pero, ¿Cuáles son los pros y contras de convertirse en una Sociedad Anónima Deportiva? Argentina, donde tanto se habla de esto por estas fechas, atenta.
Se llega a esta situación gracias la venta de activos (palancas), deuda de más de 1300 millones de euros y una gestión de Josep Maria Bartomeu que junto a la pandemia, puso patas arriba cada hito conseguido en la era más dorada del club. El equipo y su futuro como club de socios no está ni mucho garantizado en un contexto donde no sobra el dinero y donde los equipos estados crecen en Europa. Vayamos a un escenario futurista para explicar como serían los pasos para ver un Fútbol Club Barcelona convertido en SAD.
¿Cómo se hace? La transformación es por una asamblea donde los socios tendrían que cambiar la estructura del club de una sin fines de lucro a una donde se parte todo en el número de socios bajo un precio. Ahí entra el comprador y todo se divide entre los socios. También ese tendría que hacerse cargo de la deuda y este dinero no se reparte entre los que eran dueños horas atrás. Así sería la hipotética hoja de ruta, pero ¿Qué ocurre después?
Desde ese momento los hinchas culés tendrían apenas voz. En España solo Real Madrid, Barcelona, Osasuna y Athletic Club de Bilbao mantienen esta condición en 2024. Dentro de una venta del club culé habría que evaluar si se incluyen ítems como la marca del equipo (escudo), el estadio y sus activos tales como ciudad deportiva y demás. Para entender esto, Chelsea y su venta a Roman Abramovic no incluía Stamford Bridge y por ende nunca se pudo reformar el feudo de los blues. Sin esto dentro de la operación, el precio de la venta baja.
Joan Laporta en la elección ganada para ser presidente del Barcelona. ¿Aceptaría ser una SAD?: Getty Images
Uno que expertos como Marc Ciria tasa en Sport por cifras cercanas a los 4.500 millones de euros sin deuda. Esta rebaja mucho el dinero a repartir y por ende, crece el número de posibles compradores. La siguiente consecuencia pasa por los objetivos que tenga el nuevo dueño. En Manchester hay dos buenos ejemplos. De un lado un City metido en victorias deportivas y del otro United con un crecimiento económico que no va de la mano con títulos. Ser SAD no es garantía de inversión deportiva o éxitos en este sentido, pues cada magnate tendrá sus propios intereses.
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Fichajes, equipo y secciones
“Es que si viene un jeque te pone 200 millones de euros en fichajes”, supone una de las frases más publicadas por quienes avalan este cambio en Can Barça. La realidad es que incluso con un propietario individual, las normas del Fair Play Financiero de LaLiga y su límite salarial no va a cambiar. Almería, por ponernos en situación, tiene como dueño a un Turki Al-Sheikhcuya fortuna roza los 8.000 millones de euros. Buscó justificar ante ojos de Javier Tebas un patrocinio por 20 ‘kilos’ de una compañía de jugos de naranja de Arabia Saudita que fue rechazada por la patronal. Muchas trabas e incluso, el final de identidad social como la que tiene el club culé. Es el precio a pagar para algunos.
Turki Al-Sheikhcuya, el jeque del Almería: TW
Ni el básquet, fútbol femenino, EA Sport o demás secciones son rentables. No solo pasa en Barcelona sino en toda Europa. Pero, los clubes aceptan perder dinero en estas ramas del club por su cercanía con la sociedad. Un dueño extranjero no tiene estos compromisos y si el negocio no es rentable, pocas o ninguna justificación tendría para este que sigan abiertas. Lo mismo ocurre en la parte del club blaugrana más cercana a la política de Cataluña. Es un giro de 180 grados, no solo cambiar de patrón.
Pros y contras
El mejor de los ítems supone no tener deudas, pero con un alto precio a nivel social y de identidad. Por Barcelona también se comenta la posibilidad de contar con el sistema del 50+1 de la Bundesliga, donde si bien hay empresas detrás del club, se incluye un porcentaje reservado para los socios a nivel de control en el día a día. Es la tercera opción para un cambio de modelo de cara a los próximos años.
No por ser SAD se tendrá más dinero para fichajes o para reformar un equipo. El cambio de paradigma que tanto se viene hablando por Argentina en estas fechas sigue vigente en los aledaños de un Barcelona donde las deudas y la exigencia deportiva abre por primera vez la puerta a nuevos destinos. El tiempo dirá que ocurre, pero expertos consultados apuntan que hacerlo en este contexto de dinero en rojo supondría el error más grande en la historia del club.
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