Inmediatamente después que Oleksandr Usyk lo derrotara en una decisión unánime sin atenuantes, el pasado 25 de septiembre en Londres, Anthony Joshua le pidió a Eddie Hearn que le consiguiera de inmediato una revancha que le permitiera recuperar los títulos mundiales de peso pesado de la AMB, la OMB y la FIB que este le había arrebatado.
Si bien el ucraniano siempre se mostró dispuesto a repetirle la dosis a AJ, en un primer momento exigió que por su status de campeón mundial con tres cinturones esa revancha debía a ser en su país, claro que el clima bélico que se desataría meses después debido a la invasión rusa lo obligó a cambiar los planes.
Lo que estaba claro es que la pelea no iba a volver a realizarse en el Reino Unido, aunque Eddie Hearn realmente lo intentó. Entonces, una multimillonaria oferta llegada desde Arabia Saudita arregló todo el asunto. El 20 de agosto, el desquite de pesos pesados tedrá lugar en Jeddah y ya fue anunciado como “ Rabia en el Mar Rojo”.
Este mismo martes en que Usyk y Joshua compartieron la primera rueda de medios desde que se confirmó el combate, se reveló cuánto fue exactamente el dinero ofrecido por los jeques árabes. En total fueron 80 millones de dólares, 20 millones más de los que habían pagado para albergar la revancha entre AJ y Andy Ruiz.
Críticas a la sede de la revancha
El hecho de que Oleksandr Usyk y Anthony Joshua vayan a tener su revancha el próximo 20 de agosto en Jeddah ya ha despertado numerosas críticas en relación a las graves denuncias por violación de derechos humanos que tiene Arabia Saudita como Estado. Pero el dinero ha asegurado a los saudíes el control total de la pelea, incluso en lo relacionado a su distribuición, por lo que no es una garantía que sea DAZN, aunque sí lo más probable, quien lleve a cabo su transmisión.