Nació rodeada de futbol. Su padre y su tío le heredaron la pasión. Y tiene un sueño gigante: ser campeona del mundo. Ya jugó una final: fue en el Mundial Sub 17 de Uruguay, en el que además se consagró Balón de Plata. Y quiere más, mucho más: así es Nicole Pérez, la Rayada que a sus 23 años no se conforma.
Nicky es sobrina de Javier Zully Ledesma, campeón con el Club Deportivo Guadalajara en la Temporada 1986-87 y padre de Javier Ledesma, quien también llegó a debutar en Primera. Su papá es Gilberto Pérez Ochoa se desempeñó en las fuerzas básicas y luego en la Primera División de Chivas; y su tío es Alfredo Chicha Pérez, también ex jugador. Su destino no podía ser otro que ser futbolista.
Con dos hermanas mujeres, Nicole comenzó a jugar con una de ellas en un club, pero en la escuela, a los 7 años, sólo lo hacía rodeada de niños, en el Colegio Once México de Guadalajara, aunque rápidamente comenzó a destacarse por su técnica y es por eso que su tío Zully le propuso llevarla a la escuelita de futbol de Chivas San Rafael, para continuar con su progreso.
A los 12 pudo dar un gran salto, ya que hasta el momento sólo podía jugar con varones ya que no había liga femenil. Pero su llegada a CEFOR, el dentro de la Federación Mexicana le permitió adquirir herramientas fundamentales para su futuro y adentrarse también en el mundo del futbol femenil, para cimentar de esa manera la promisoria carrera que lleva adelante.
De aquel momento a su llegada a la Tricolor fue un abrir y cerrar de ojos. Fue parte del equipo Sub 15 y luego a la Sub 17, donde encontró la gloria tan soñada. Primero disputando el Torneo de las Naciones en Gradisca, Italia, logrando también convertir su primer gol, el primero de muchos.
En Europa, fue el Espanyol de Barcelona el equipo que puso la mirada en ella y la reclutó, aunque sólo pudo quedarse dos meses en España. En su valija, ese a la decepción de no poder permanecer allí, se trajo de regreso grandes experiencias para seguir creciendo.
La Copa Mundial Sub 17 de Uruguay fue su gran presentación al mundo: llevó el gafete de capitana, convirtió tres dianas, y fue elegida como Balón de Plata por el Comité Organizador, ya que fue considerada la segunda mejor jugadora del certamen. Fue subcampeona con la Tricolor, marcando un hito histórico para el equipo femenil.
Pese al título que el Chivas logró en el 2017, ella no estaba registrada en la nómina oficial y aunque lo vivió con sus compañeras, no fue lo mismo y le quedó una espinilla clavada, que luego se quitaría siendo Rayada. En el 2018 finalmente pudo debutar de manera oficial en el once inicial del Rebaño marcando su camino a fuerza de goles.
En el 2020, luego de consagrarse subcampeonas en el Campeonato Femenil Sub 20 disputado en República Dominicana, Nicole y sus compañeras habían logrado el pase al Mundial de Costa Rica y Panamá junto con Estados Unidos, pero el torneo nunca llegó a disputarse por las restricciones impuestas por la pandemia de COVID 19.
Ese mismo año, el 2020, marcó un nuevo comienzo para la centroampista: se alejó del Chivas para llegar a las Rayadas de Monterrey, club en el que ya disputó más de 100 partidos. Seis meses después de su llegada, pudo celebrar al fin su primer título, el Torneo Apertura 2021, el segundo de su equipo.
Tras superar una grave lesión de ligamento cruzado, que la alejó 9 meses de los campos de juego, Nicky demostró que su espíritu luchador y su capacidad goleadora estaba intacta. La fanática de Iniesta sigue marcando el camino para todas las niñas que sueñan con seguir sus pasos y, como ella, llegar a la Femenil Mayor para soñar en grande. “Sueño con ser campeona del mundo”, repite. Tanto que quizá se convierta en realidad.
Ante Venezuela, por el amistoso correspondiente a la fecha FIFA, Pérez convirtió su primer doblete en el Estadio Coruco Díaz, en Zacatepec, Morelos, ingresando de cambio. Luego se vendrá Tailandia y el regreso con las Rayadas, para seguir su camino goleador.