El mejor prospecto del clavadismo mexicano lo volvió a hacer: luego de seis rondas en alto nivel, Osmar Olvera volvió a anotarse en las grandes páginas del olimpismo y ganó su segunda presea en París 2024, dejando bien en alto a la delegación nacional y reescribiendo su nombre en el medallero.
El joven atleta venía de conseguir hace pocos días la medalla de plata junto a su compatriota Juan Celaya, y ahora se vistió de bronce en el trampolín de 3m individual varonil, ubicándose en la tercera colocación detrás de los representantes chinos, que siguen siendo invencibles en la disciplina.
Este doble-logro tiene, además, un valor adicional: es que Olvera lo consiguió incluso pese al poco, o casi nulo, apoyo al deporte nacional de parte de las autoridades pertinentes, que no sólo no se han esmerado en respaldar a los atletas olímpicos sino que hasta han puesto en riesgo la posibilidad de medalla.
En la previa de París 2024, Osmar atravesó una preparación compleja que se vio obstaculizada por el conflicto entre CONADE y COM, entidades regulatorias del deporte nacional, por disputas burocráticas y administrativas que hicieron que su acondicionamiento para los Juegos Olímpicos no sea el mejor.
Principalmente,el rechazo a una beca deportiva, el nulo interés en fomentar su crecimiento y el impedimento inicial a que su entrenadora Ma Jin lo secundara en la competición más importante del mundo, habían comprometido la participación de Osmar Olvera en París, haciendo desviar el foco de su mente de lo verdaderamente relevante que era su involucramiento en los JJ.OO.
Pese a todas esas ‘trabas’ puestas por los altos mandos del deporte mexicano, Osmar Olvera brilló en París 2024 y se aseguró doble medalla: plata y bronce para que México alcance las cinco preseas, sumando a las conseguidas en tiro con arco, boxeo y judo. Un deportista resiliente, perseverante y que no tiene techo para seguir luchando por sus sueños.