El Gran Premio de Emilia Romagna significó una alegría para Red Bull Racing, después del gran 1-2 señalado por Max Verstappen y Sergio Pérez, y la mala jornada que vivió Ferrari con el sexto puesto de Charles Leclerc y el abandono de Carlos Sainz, que emparejó la lucha por los títulos de pilotos y constructores.

El último campeón mundial dominó todo el fin de semana: obtuvo la pole position, ganó la carrera sprint y luego el Gran Premio, más el extra por vuelta rápida. Como contrapartida, el monegasco vio frustradas sus aspiraciones cuando perseguía al piloto mexicano, hasta que hizo un trompo en la cicana Variante Alta que lo sacó de la pista con daños su alerón delantero tras impactar en el muro. Una parada en boxes le permitió regresar a la pista en la novena posición, y recuperar tres lugares.

Días atrás, Max Verstappen evidenció la sana competencia que existe contra Charles Leclerc y la diferenció con la caliente disputa con Lewis Hamilton de la temporada pasada. En el mismo sentido, el neerlandés se solidarizó con el piloto de Ferrari al analizar su error como 'comprensible' por tomar riesgos para alcanzar a Pérez.

"El error es fácil de cometer porque estaba empujando fuerte para tratar de luchar con 'Checo', pero es doloroso. Creo que él mismo lo sabe, no necesita escucharlo de nadie aquí. Pero aún así es un campeonato tan largo y sí ganamos muchos puntos, así que no es genial (para él), pero no puede cambiarlo ahora y no lo hizo a propósito", analizó el neerlandés.

Tras el Gran Premio de Imola, Max Verstappen achicó diferencias con Charles Leclerc en el campeonato de pilotos a 27 puntos. Por su parte, Red Bull logró ponerse a 11 unidades de Ferrari en la lucha por equipos (113 a 124).