La euforia de Natalia Villarreal por celebrar un gol junto a Stephany Mayor. La angustia de Blanca Félix en pleno vuelo por un balón que parece ir hacia la red. La mortificación de Mariana Cadena tras perder la carrera contra una rival en la marca. La calma de Mónica Vergara mientras observa entrenar a sus jugadoras. Todas esas son acciones del juego capturadas como emociones por la lente de Eloisa S. de Alba, fotógrafa deportiva que le ha dado otro rostro al futbol femenil y al oficio de la fotografía en los deportes en México.

Con el principio de no sexualizar a las y los deportistas, Eloisa encontró en la profesionalización del futbol femenil una oportunidad de contar historias a partir de su propio código de respeto al otro. Y no solamente eso. A la par del crecimiento paulatino que tiene la Liga BBVA Femenil, ella ha descubierto que con su lente y trabajo también abre puertas para que nuevas fotógrafas incursionen en una labor que durante décadas ha sido exclusiva de los hombres.

 

“El partido entre América y Chivas de 2017 en el Azteca, que fue la vuelta de la semifinal en el primer torneo, me emocionó mucho por ver lo que hizo Blanca Félix. Verla en vivo atajando todo lo que llegaba a su portería, uf, me entusiasmó tanto que lloré. Y lloré también porque volteé a mi alrededor para darme cuenta que yo era la única fotógrafa ahí. Fue como darme cuenta de que las mujeres habíamos dado un gran paso en el deporte, como futbolistas y prensa”, comenta Eloisa.

A partir de ese primer torneo oficial y profesional del futbol femenil mexicano, una barrera había caído dentro de un universo que a lo largo de la historia ha sido masculino. Sin embargo, todavía faltan muchos problemas por erradicar para que las mujeres sigan avanzando con plenitud y dignidad.

“Me enoja bastante que varios de ustedes, los medios, sigan haciendo contenidos con el único fin de sexualizar a las futbolistas para captar público. Como fotógrafa que soy, me da más coraje porque utilizan imágenes de sus piernas, glúteos o entrepierna para hablar sobre su atractivo físico. ¡¿Saben qué pasa en un partido de futbol femenil?! Suceden mil cosas. Y de esas mil, un ciento funcionan para contar lo que pasó en ese juego, pero no les importa. Hay que vencer ese perfil mediático, equivocado y denigrante que nos dan a las mujeres”.

Nadie como Eloisa para confirmar que más de mil situaciones ocurren en un partido. En su caso, ella lo atestigua desde tres vertientes: lo que observa del juego, lo que capta su cámara y lo que acontece en la tribuna. En ocasiones, sus fotos le cuentan historias ajenas a las que quiso o intentó capturar, dando como resultado una amplitud de elementos para narrar los hechos.

Entre esos acontecimientos, aquellos que no se ven o no se escuchan. Por ejemplo, el comportamiento de la afición en las gradas. El lado idílico es del que más se habla o se escribe, pero no así del rostro desagradable que impera en algunos estadios al que poco a poco llegan más aficionados para presenciar el futbol femenil.

 

“Así como hay más papás que se acercan para acompañar o llevar a sus hijas, también hay hombres que van con la intención de morbo. Les gritan a las jugadoras una cantidad de barbaridades y obscenidades que dan asco. A eso hay que agregar que las insultan por cualquier motivo, sintiéndose libres de hacerlo bajo la idea de que así es el futbol. Es repugnante lo que he llegado a oír, te asquea. Si van a ir para eso a un estadio, mejor no vayan”.

El trabajo de Eloísa habla por sí solo. Cada imagen es una emoción y cada emoción es una historia. Sus fotos son otro lenguaje que ayuda a la visibilidad del valor que tiene la liga femenil en distintas aristas, principalmente la deportiva y la social. ¿Entonces qué falta para darnos cuenta de lo fundamental que son las mujeres con relación a la cancha, a los deportes en general? 

“Me encanta que haya mujeres emprendiendo con podcasts, páginas y textos para que hablen de lo que pasa en el futbol femenil. También me fascina que exista un grupo como el de la Barra Feminista en los estadios porque nos permite sentirnos seguras y libres de disfrutar un partido. Pero siguen faltándonos más espacios seguros, más medios comprometidos con el periodismo, más fotógrafas en las distintas canchas, más reporteras y periodistas en los grandes medios. Es cuestión de que las estructuras machistas y misóginas dejen de controlar todo eso que creen exclusivo de los hombres, como los deportes, en este caso el futbol”.


¿Una imagen dice más que mil palabras? Sí, claro. Las fotos de Eloísa son una clara muestra de eso. Incluso ella misma lo ejemplifica al relatar nuevamente cómo vivió la noche gloriosa de Blanca Félix contra el América en 2017. Una frase tras otra son pronunciadas por sus labios, se alegra al exteriorizar lo que significó ese episodio en su vida. Y todo para que al final plasme eso que platica en un retrato donde se aprecia a la portera levantada en hombros por sus compañeras festejando el triunfo. “Esto (las emociones) también nos pertenece y lo podemos crear”, concluye para recordar que nadie es quién para controlar lo más valioso.