Más allá de su destreza con el balón, los jugadores profesionales invierten mucho tiempo en el gimnasio trabajando en fuerza, resistencia y velocidad. Estos entrenamientos no solo mejoran su rendimiento, sino que también son clave para prevenir lesiones y asegurar que su cuerpo aguante la exigencia de los partidos.
La combinación de fuerza y resistencia es la base de su preparación. Ejercicios de fuerza explosiva como sentadillas, peso muerto y estocadas son fundamentales para desarrollar músculo y estabilidad. Además, los futbolistas complementan con trabajos de resistencia cardiovascular como sprints o intervalos en bicicleta, que les permiten mantener una alta intensidad a lo largo del encuentro.
Otro aspecto crucial en su preparación es la flexibilidad. Para evitar lesiones y mejorar su movilidad, los jugadores incluyen en su rutina sesiones de estiramiento, yoga o pilates. Estos ejercicios no solo mantienen sus músculos en óptimas condiciones, sino que también aceleran la recuperación tras cada partido.
Por último, la nutrición y el descanso son aspectos fundamentales. Los futbolistas siguen dietas personalizadas que incluyen una mezcla equilibrada de carbohidratos, proteínas y grasas, lo que les da la energía necesaria para rendir al máximo. Además, priorizan el descanso para asegurar que sus cuerpos se recuperen adecuadamente entre entrenamientos y partidos.