El planeta futbol acaba de presenciar la mejor final en la historia de los mundiales . Fue en el Estadio Iconic de Lusail, en tierras tan lejanas como Qatar. Y fue la Selección Argentina la que terminó coronándose en los penales, tras igualar 3-3 ante Francia en los frenéticos 120 minutos de juego reglamentarios.
Como ante los Países Bajos, pareció que La Albiceleste iba a resolver el trámite con mayor tranquilidad, tras tomar ventaja de 2-0 en los primeros 45 minutos de juego y ser absoluta dominadora del támite por al menos una hora. Pero en Francia despertó Mbappé, para igualarlo en una ráfaga y llevarlo al tiempo extra.
Otra vez Argentina tomó ventaja con el segundo gol de Lionel Messi en el encuentro. Pareció que ahí sí, pero no. Mbappé derrotó al Dibu Martínez por tercera vez, segunda de penal. Pudo el juego no llegar a los penales, porque el portero argentino se hizo gigante para tapar un mano a mano imposible ante Kolo Muani. Y entonces sí, en la definición Dibu volvió a hacer lo que mejor se le da, tapando un penal clave aComan, que derivaría en la coronación de un equipo argentino que tuvo cien por ciento de efectividad.
“Viví los penales tranquilos. Otra vez me patearon tres veces y me hicieron tres goles. Pero creo que después hice todo bien. Salí de un lugar muy humilde y de muy joven me fui a Inglaterra. Se lo quiero dedicar a mi familia“, dijo el portero a la FIFA en sus primeras palabras como campeón mundial.
“Dijimos que era el destino sufrir. Gracia a Dios metí ese pie. Y después hice lo mío, lo que soñé. No pudo haber un Mundial que haya soñado tanto como este. No tengo palabras”, resumió inundado por la emoción el último gran héroe del futbol argentino.