Rafael Nadal va en busca de lograr su título número 22 de Grand Slam en el tenis, en su especialidad, en su querido Roland Garros en la oportunidad de romper la historia y superar en competiciones a dos de sus más acérrimos rivales, Novak Djokovic y Roger Federer.

Pero hay una gran particularidad en la historia deportiva de Rafa, y es que desde cuándo era un tenista juvenil, a sus 19 años le fue diagnosticado el síndrome de Müller-Weiss, una enfermedad degenerativa, que ha sabido mantener al paso de los años.

Claro, y es que no cabe duda que en el último tiempo el tenista manacorí no ha hecho presencia en varios de los torneos más importantes del circuito de la ATP, las lesiones lo han alejado y claramente su principal patología no le ha permitido desplegar lo mejor de su tenis.

Nadal en acción en su polvo de ladrillo. Getty.

Nadal en acción en su polvo de ladrillo. Getty.

Hace poco, luego de su eliminación del Masters 1000 de Roma a manos del tenista canadiense Denis Shapovalov, compareció ante los medios de comunicación e indicó que: soy un jugador que vive con una lesión constante. Eso es mi día a día. Es difícil, la verdad... y claro que a veces me cuesta aceptarlo. Volví a tener mucho dolor en el pie y ya está”.

Pero la gran pregunta es qué es el síndrome de Müller-Weiss y qué zona del cuerpo afecta. Lo primero que hay que decir es que Rafael Nadal presenta esta dolencia en su pie izquierdo, sin embargo, aún así ha sabido llevar ese dolor a lo largo de 17 años de carrera, esto desde el momento en el que le fue diagnosticada.

La enfermedad también es conocida como una osteocondritis de escafoides, esto le ha debilitado el pie izquierdo el hueso y la articulación astrágalo escafoidea, a que presenta una anomalía en el desarrollo del tejido de escafoides parcial. una lesión compleja que no tiene cura y que se ha diagnosticado como inoperable.

Ahí es donde queda demostrado que lo he hecho durante los últimos años por parte de Nadal, quien ya tiene 36 años y está muy cerca de romper la historia del tenis, es francamente admirable, y que en el tiempo contemporáneo aficionados del deporte blanco se han dado el lujo de apreciar a dos grandes como lo es él y Roger Federer; claro, ahí atrás viene Novak Djokovic.