Luchar contra el propio cuerpo. Y ganar la batalla. Así se debe sentir Danielle Collins, la estadounidense finalista de la edición 2022 delAbierto de Australia. Va por los courts enfrentando rivales y por la vida intentando dejar el dolor atrás. Un dolor que hace un año era una pesadilla y que la llevó al quirófano para encontrarla hoy nuevamente plena. Aunque el camino no fue nada fácil.
"To play against the number one player in the world in her home country, I think it's going to be really spectacular." Bring it on 💪 #AusOpen • #AO2022 • #AOinterview
En el 2019, a la tenista de28 años le habían diagnosticado artritis reumatoide,una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca las articulaciones del cuerpo y otros tejidos, provocando inflamación, dolor articular y rigidez.En aquel entonces estaba en el puesto 23 del ranking de la WTA y había llegado a las semifinales de Australia.
“Fue allí cuando pensé que me estaba pasando esto por entrenar tan duro, veía que después de jugar dos días seguidos el dolor se incrementaba más de lo normal. En ese momento fue cuando aposté por hacer una prueba de artritis reumatoide. Sabía lo que era, mi abuela lo había tenido, pero yo no podía tenerlo. Era y soy demasiado joven, no puede ser real para alguien de mi edad”, contó en aquel entonces. Collins había batallado contra los dolores desde sus 15 años.
Collins cuando aún sufría dolores durante los partidos.
“Luché con ello durante mucho tiempo, me dolían las articulaciones, sobre todo durante mis ciclos menstruales. Estaba débil, me costaba levantarme de la cama, algunos días dormía 15 horas seguidas, luego me sentía somnolienta y cansada. Era duro, pero me acostumbré a vivir así. Olvidé lo que era sentirse saludable y enérgica, lo que se siente al despertarse sin dolor en piernas y manos”, relató en el blog Behind the racquet.
Según explican los especialistas,el hecho de ser una atleta profesional enmascaró su condición:los dolores que sentía y las diferentes lesiones fueron descartados como subproductos de jugar al tenis al más alto nivel.
Pero sus problemas físicos no terminaron con la medicación que comenzó a tomar por la artritis. Su cuerpo tenía preparado algo más. Nuevamente a comienzos del 2021 se ausentó del circuito. Y debió someterse a una cirugía (no fue la primera ya que por su diagnóstico previo ya había sufrido una intervención en la muñeca, una rotura de menisco y muchos problemas con las articulaciones): esta vez por endometriosis.
“Me siento como una persona normal”, dijo.
¿De qué se trata esta enfermedad que es mucho más común de lo que se cree? Es una afección en la que tejido similar al revestimiento del útero comienza a crecer en otros lugares, como los ovarios y las trompas. Muchas veces genera intensos dolores menstruales, sangrados constantes, problemas hormonales y todo lo que eso trae aparejado. Para ella, nuevamente, un calvario. “Tuve algunas lesiones, principalmente dolor de espalda, producto de esa fluctuación hormonal y eso fue un gran desafío para mí porque al principio creía que se debía a otro factor luego de haber consultado con algunos médicos. Tuve diagnósticos errados”.
Pero la cirugía le cambió la vida, una vez más. “Tuvieron que desgarrar los músculos abdominales. Quitaron un quiste del tamaño de una pelota de tenis de mi ovario, así como material de mi intestino y vejiga. He sentido un gran alivio desde entonces. Me siento como una persona normal“.
Collins en una entrevista para la Asociación Estadounidense del Corazón.
Luego de su clasificación a la semifinal del Abierto de Australia, la norteamericana contó cómo se siente:“Estoy muy aliviada de que la cirugía haya ido bien para mí y de que ahora puedo desempeñarme de manera más consistente desde el punto de vista físico. Creo que eso me ha ayudado mucho mentalmente, saber eso. Me ha dado mucha más confianza en la cancha. Simplemente me siento, como persona, más constante en el día a día, porque no estoy teniendo fluctuaciones tan terribles ni días tan dolorosos, realmente terribles, alrededor de esos períodos”.
A sus 28 años y luego de vencer a una de las grandes candidatas la polaca Iga Swiatek por un contundente 6-4 y 6-1, Danielle “Danimal” Collins enfrentará ala número uno del mundo, la local Ashleigh Barty, que se convirtió en la primera australiana en llegar a la final del torneo en 42 años. Por haber accedido a la final, además, llegará al mejor ranking de su historia: será top 10. Un presente brillante. Y sin dolores.