El último mercado de pases fue completamente revolucionario para Barcelona. Comenzaron fichando grandes incorporaciones, como Sergio Agüero y Memphis Depay, y terminaron perdiendo a Antoine Griezmann y Miralem Pjanic, tras la escandalosa salida de Lionel Messi, libre a PSG

Todos los movimientos de salida se llevaron a cabo en el marco de la enorme crisis financiera que afronta el Barça, por lo que alivianar la economía al liberar contratos se volvió una prioridad. La salida de Griezmann a préstamo a Atlético de Madrid con opción de compra obligatoria de 40 millones de euros suena increíble si se contrasta con su incorporación en 2019 por 120 millones, al Colchonero

Sin embargo, la dirigencia del Barça consideró abrirle la puerta al francés, aún sabiendo que perdía la inversión, como un mal menor para salvar a la economía. Este lunes, Joan Laporta, el presidente del club, precisió en Esport 3 que "debe jugar el 50% de los partidos en los que esté disponible, es la única cláusula en la obligación de la compra". 

El mandatario fue positivo al describir la personalidad de Griezmann, pero crítico en cuanto a su importancia y lugar en el plantel: "No le he visto nunca una actitud criticable. Es un gran jugador. No encaja en nuestro sistema, pero siempre ha tenido una gran actitud. Futbolísticamente, no era el jugador que necesitábamos. Podría haber dado más". 

Tras aclarar la salida del francés, Laporta se refirió a la llegada de Luuk De Jong desde Sevilla, en aquel traspaso a tres bandas en los último minutos del mercado de pases: "Un jugador así te puede ayudar en algunos momentos. Fija a los defensas, presiona".