Se hace conocer como Alberto, ha robado en propiedades de Johan Cruyff o Cristiano Ronaldo pero se negó a hacerlo con Lionel Messi. Así funcionan las mafias que atacan a los futbolistas desde hace años por Europa y que tienen a ciudades como Barcelona o París inmersas en un problema con pocos precedentes en el viejo continente. Con La Pulga no hubo luz verde.
El capo albanokosovar, en búsqueda y captura desde hace años, habló con El Español en un podcast donde reconoció que Messi fue uno de sus objetivos. La mafia de más de 100 integrantes se negó finalmente al asalto: “He parado unas cuantas veces a la gente que quería asaltar la casa de Messi, la gente que me preguntaba, pero no puedo parar a todos… Esta vez sí que pude hacerlo y estoy muy orgulloso de ello”.
“Hace casi un año hubo otros que se ofrecieron, aunque no era su casa, a hacerlo en casa de sus padres. Messi ya estaba en París. Yo me fui a verlo, porque le conozco muy bien a él y conozco muy bien la zona, y no quería, y por respeto a Messi no lo he hecho, porque lo quiero y punto”, más palabras del ladrón en ese podcast con El Español que recorre el mundo por estas horas. Hubo otros que no tuvieron el mismo destino.
La práctica se ha hecho extensa en Europa desde hace años. Alberto reconoce operativos en propiedades de CR7, Johan Cruyff o Karim Benzema desde el 2012 a cargo de sus decisiones. Ciudades como París, donde incluso Ángel Di María tuvo que retirarse de un encuentro por dicho motivo, se encuentran en la mira de mafias que buscan dinero, objetos de valor y que durante meses planean sus golpes. Los botines, asegura Alberto, suelen ostentar por domicilio cerca de 20.000 euros. El proceso parte desde adentro.
El artículo de El Español de los robos a jugadores de élite en Europa: TW
Barcelona también ha sido una de las ciudades más azotadas en este sentido. Desde una década que se registran casos, incluso con violencia, en domicilios como los de Pierre Emerick Aubamenyang, Ansu Fati, Jordi Alba, Gerard Piqué o Luis Suárez. El caso público más conocido a corto plazo pasa por una ciudad de Sevilla donde la familia de Sergio Ramos fue el objetivo. Los hurtos, una preocupación de peso en los clubes.
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“A Benzema le robamos en la ocasión que no se pilló a la persona. Estuvimos detrás también del robo a Cristiano en Madeira, pero el botín no era interesante”, más extractos de ese podcast de El Español donde su jefe habla de operativos que se trazan durante meses y que en ocasiones, terminan en hurtos donde no se espera por la presencia de familiares o jugadores en sus domicilios. Europa, azotada por mafias que de momento no encuentran motivos para detenerse.
¿Cómo se dan los robos?
El capo habla de un mecanismo que siempre se repite. Indica que amigos, trabajadores de los hogares de los jugadores e incluso conocidos les dan información sobre sus movimientos y hasta pertenencias en el lugar. A partir de ahí comienza el estudio de la propiedad y los actos delictivos. Alberto afirma que por cada hurto, pide cobrar el 30% de lo que se incaute.