La presencia de los familiares de Cristiano en el campo de juego, una vez coronada la obtención de un nuevo título de Champions League, provocó la emoción del crack, que sin embargo no dejó nunca de sonreír.

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No fueron los futbolistas del Real Madrid los que hicieron volar por los aires a Cristiano Ronaldo, la gran figura de la final de Cardiff por goles y por presencia; sino sus propios familiares y amigos, quienes ingresaron de manera masiva al campo de juego y lograron emocionar al astro.

La primera en abrazarlo fue su madre, Dolores Aveiro, y detrás llegó también su hijo, su novia Georgina Rodríguez y varios amigos, que provocaron las lagrimas del crack, quien sin embargo nunca dejó de sonreír.

Cristiano tuvo una jornada perfecta para celebrar la que ya es su cuarta Champions League y con ese número celebró junto a su hijo, en otra imagen que sin dudas es digna del álbum familiar.